Es la naturaleza del ser humano querer ser siempre el primero por encima de las otras especies, y por extensión de sus semejantes. Por eso las luchas por el poder, del tamaño y cualidad que sea -político, doméstico, privado, económico-, se vuelven a veces tan encarnizadas. Esa ambición está en nuestros genes, permanece en nuestro ADN, es congénita, es natural.
La familia encabezada con tanto éxito y aciertos por Miguel Ángel Yunes Linares, conocida como el Clan del Estero por el lugar en que se asienta la casa paterna y algunas de los congéneres, prácticamente ha mantenido en un vilo electoral a la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín-Alvarado, en donde han reinado en la captación de votos ciudadanos a favor de ellos o de los candidatos que han impulsado.
El Ayuntamiento de Boca del Río ha sido su feudo invicto desde hace varias administraciones, y pasó por ahí dos veces el primogénito de la familia, Miguel Ángel Yunes Márquez, con una real aceptación ciudadana por sus resultados como munícipe.
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Digamos sin la intención de censurar que el negocio se amplió, y así el otro vástago que es político, Fernando, conquistó la alcaldía del Puerto de Veracruz, que tiene la silla municipal más antigua de América, y es el recipiente histórico más importante de nuestro país.
Lo ha hecho bien Fernando, como es la divisa de la casa, y en los casi tres años de su administración suma adeptos y simpatías (comparables en su extensión y por defecto con las críticas y denostaciones que reciben algunos presidentes municipales emanados de Morena, como Hipólito Rodríguez en Xalapa).
Es tan manifiesta la popularidad ciudadana de Yunes Márquez, reflejada en las encuestas reales y serias que se han hecho en la conurbación, que no resulta nada exagerado afirmar que hay una enorme posibilidad de que el partido que lo postuló, el PAN, vuelva a resultar ganador en las elecciones del año próximo, y más si se da el hecho de que otro miembro de la eficiente familia sea el aspirante postulado... y más si ese miembro es Miguel Ángel hijo, quien ha demostrado dos veces que sabe ser un buen alcalde.
Pero es de naturaleza humana querer ser siempre el primero, y ahora otra familia connotada del Puerto, la Rementería, alza la mano para que tomen en consideración a uno de sus hijos preclaros.
El senador Julen impulsa a su hijo, el diputado local Bingen, para que sea el abanderado de Acción nacional el año próximo en el municipio de Veracruz. El patriarca tiene los tamaños para proyectar la aspiración, y el hijo podría ser un candidato competitivo, peeeeero:
La jettatura de los Yunes y sus resultados municipales les dan la primacía electoral en Vera-Boca-Medellín-Alvarado. Si los panistas piensan en lo mejor para su partido, ellos retendrán las posiciones en esa zona crucial del estado.
Si no, quién sabe…
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