En diálogo privado Cuitláhuac García le expuso la situación de Xalapa, los problemas que tenía Morena con su liderazgo y la pretensión sectaria de imponer a Elizabeth Morales.
“Apoyanos que te garantizo contarás con todo el respaldo del gobierno tanto ahora como después”, le dijo Cuitláhuac palabras más palabras menos.
Claro, que no claridoso, como lo es Ricardo Ahued, le expuso al gobernador que su vida política siempre había estado envuelta en el torbellino de las circunstancias y que para él lo más importante era que un día, cuando dejara la política, su legado más importante sería no avergonzar a su familia de lo hecho en el servicio público.
Le explicó asimismo que desde que fue servidor público como alcalde, luego como representante popular siempre buscó la congruencia, la ética y estar alejado de la corrupción y que en caso de aceptar la propuesta electoral y llegara a la alcaldía no permitiría imposiciones, recomendaciones, yugos financieros o subejercicios.
Una nueva llamada de Nahle con Ahued fue para comentar lo dicho con el gobernador y para aludir el 2024.
El senador de la república le insistió que no estaba pensando en ello y que su decisión de declinar o no por la alcaldía de Xalapa no dependía de ello, a lo que la funcionaria federal le explicó que, en efecto, no era el momento del 2024 y que habría que desahogar primero el 6 de junio para después ocuparse del 2024.
Rocío Nahle reconoció que en estos momentos no hay nada definido ni comprometido de parte del presidente López Obrador con quien no se habla de esos temas; que los asuntos de energía están muy álgidos y que la descentralizada Pemex es prioridad presidencial, todo ello aunado al proyecto “Dos Boca” que es prioridad de la actual administración.
En realidad –según nos reseñó el anterior relato una persona muy cercanas a Nahle, quien nos pide resguardemos su identidad- la misma titular de Energía, no sabe si le apostará por Veracruz y que no está pensando en empujar a Ahued a la municipal para limitarlo en la gubernamental, ya que ni siquiera hay una reforma constitucional que les permita acceder.
Ahued le dijo que respetaba mucho su punto de vista, que no estaba en su escenario político el 2024, que platicaría con su familia y que el compromiso más importante que siempre ha tenido es con la gente, con la gente que lo recibió desde los cuatro años que llegó a Xalapa procedente de Puebla.
En las siguientes horas Ricardo Ahued hará pública su decisión de contender o no por Xalapa, al tiempo que la otra aspirante, Elizabeth Morales, anuncie su declinación como ya lo han hecho la prima hermana de gobernador Dorheny García, Ana Miriam Ferraez y la llamada “reina” del nepotismo Rosalinda Galindo.
Mientras del otro lado del mostrador los aspirantes a Xalapa aun no terminan de deshojar la margarita.
Que si Sergio Hernández va por el PAN no lo apoyará el PAN; que si David Velasco es la última oportunidad para la coalición PAN-PRD-PRI, o que si la apuesta del PRD por Cuauhtémoc Velázquez, será solamente acompañada del PRI del Marlon, hoy tirado por Covid-19.
Pura especulación.
En paralelo se mueve Raúl Arias Lovillo con más buenas intenciones que posibilidades y a lontananza Carlos Aceves suspira apoyado en su tío del mismo nombre y aspira de la “buena” creyendo que el viejo PRI del dedazo existe.
Lo real es que no está muy errado quien piensa que el que gana Xalapa, gana Veracruz.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |