Rogelio también tiene respaldo nacional, pues hasta vino el presidente del PRD, Jesús Zambrano, a encabezar mítines de apoyo a su favor.
Pero no todos los días va a estar viniendo Zambrano a un asunto que parece más una causa perdida contra el Estado, aparte de los miles de problemas que seguramente tendrá qué resolver en toda la república como dirigente nacional.
El apoyo a Franco, en este sentido, dependerá más de la movilización que puedan hacer los líderes perredistas locales y el clan Yunes Márquez para apoyar a su amigo, pero eso cuesta tiempo y dinero.
Desde hace tiempo se sabe que el PRD en realidad ya no tiene gran influencia ciudadana. Sus constantes conflictos internos y la salida de líderes de peso como su fundador Cuauhtémoc Cárdenas, el propio Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, entre otros, han hecho que el partido venga de más a menos pese a haber tenido un momento de gloria con el efecto Cuauhtémoc, cuando se ganó la primera Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Miguel Mancera fue el último gobernante perredista electo de la CDMX, dando paso a Morena con Claudia Sheinbaum.
Sus últimos bastiones nacionales, como Michoacán, prácticamente están por desaparecer y se asegura que pronto serán estados gobernados por el partido lopezobradorista. De hecho, en las encuestas nacionales a las gubernaturas, el partido del sol azteca ni siquiera figura para ganar o sirve sólo de comparsa para candidatos panistas en alianza.
Acá en la aldea, sucedió algo similar: el PRD como partido, sin alianza, llegó a gobernar en 1998 municipios importantes como Coatzacoalcos, Minatitlán, Papantla, entre otros, pero sus administraciones fueron un desastre. Al mismo tiempo, el PRI aprovechó para meter toda la carne al asador con sus mejores candidatos en el año 2000 para recuperar los ayuntamientos perdidos.
Quizás salvo la región de los Tuxtlas y Zongolica, el PRD está prácticamente borrado del mapa electoral en Veracruz. Otro bastión podría ser Acayucan, pero ya se verá si puede retenerlos.
No obstante, hasta al interior de dicho instituto político era conocido que no tenían apoyo ni siquiera de sus propios militantes y es común que a las conferencias de prensa tengan que llevar empleados del Comité Estatal —incluso familiares— para tener por lo menos un grupo de gente para la fotografía.
Otros que tampoco se han pronunciado en abierto en el tema son los aliados PRI y PAN; tampoco se han sumado a la defensa del exsecretario de Gobierno o condenado su detención de manera contundente. Han sido bastante cautos en no involucrarse.
O sea, el PRD en sí, está sólo… ¿Y quiénes conocen mejor al PRD? Exacto: los morenos, pues de ahí salieron varios que hoy se sumaron a la Cuarta Transformeishion.
Así que mucho temor al PRD y sus “movilizaciones” y protestas no creo que haya en la 4T.
Hasta los mismos Yunes saben que el PRD sí les sirve para ciertas cosas, pero no precisamente para mostrar músculo como en antaño. Se sabe, por ejemplo, una anécdota donde el entonces candidato Miguel Ángel Yunes Márquez (“Miguel Chiquito” para los cuates) habría regañado a sus asesores de campaña porque en los mítines veía a la misma gente, que sólo eran reciclados para las fotos.
Anoche, nomás por no dejar, también checamos las gráficas de los votos por partido en las últimas elecciones en Veracruz de 2018, y el PRD (aunque sirvió para abonar a nivel alianza) aportó en realidad pocos votos en solitario en cada distrito. Si no me cree, échese un clavado en la página del OPLE.
De entrada, pareciera que ese voto duro —el voto verde y el de los sectores más rezagados— ya lo tiene ganado el lopezobradorismo, arrebatado tanto al PRI como al PRD, que explotaron durante años esa fórmula de ser partidos supuestamente más cercanos al pueblo pobre y a las bases obreras-magisteriales-burócratas-y-súmele-lo-que-sea.
Pero otro factor en contra del Yunismo y su amigo Franco Castán es que quien ha dado verdaderos golpes mediáticos (cancha donde les gusta hacer ruido) ha sido precisamente la esposa del exsecretario de Gobierno, Guillermina Alvarado González, ventilando datos e información privilegiada.
Parece mentira, pero quien sí ha hecho cimbrar a los Yunes fue quien menos lo esperaban, como así Rogelio nunca se imaginó verse estas noches tras los barrotes, sin los privilegios del poder.
Dicen también que no sólo es un golpe para los Yunistas, sino que también es el cobro de viejas afrentas cuando los morenistas eran perredistas y de cuando Franco en algún momento quiso engañar a los morenos ofreciéndose como apoyo, cuando en realidad era un caballito de Troya mandado por ya-saben-quién.
@pablojair |