Si bien todavía no son elecciones y son tiempos de relativa paz hasta que se desaten las pasiones en la búsqueda de cargos en 2024, es justo ahora cuando debe aplicarse la política por el bien todos los ciudadanos: en nada ayuda que la zona que tiene el municipio más importante esté peleada con el Gobierno de Veracruz sólo porque son de colores distintos, de banderas y siglas diferentes.
Las señales enviadas por el gobernador y los alcaldes (más allá de que a lo mejor sean simples diplomacias) muestran que sí puede haber entendimientos, acuerdos, en una situación donde la polarización no ayuda en nada y menos por tonterías como la simpatía fanática por un partido político o la animadversión recalcitrante del otro.
A lo anterior se debe sumar que ambos municipios también necesitan ayuda luego de dos años y pico de pandemia; que también reciben muchos recursos de la federación y es necesaria la coordinación con el gobierno estatal para temas de salud y seguridad.
Por ejemplo, un acierto muy notable fue el que ambos alcaldes firmaran el convenio con el Gobierno de Veracruz para la recaudación del impuesto predial. El evento, muy significativo, estuvo precisamente encabezado por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, la alcaldesa de Veracruz, Patricia Lobeira de Yunes, el alcalde de Boca del Río, Juan Manuel Abascal Unanue, acompañados por el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, de los más serios secretarios y funcionarios rescatables del gabinete que no usa tanto reflector.
Vía redes sociales, Lima Franco destacó: “Uno de los principales beneficios del convenio es que los ayuntamientos recibirán un 30% más del fondo de fomento municipal, recurso que coadyuvará para cumplir con los programas establecidos en los planes municipales de desarrollo”.
Hace unas columnas atrás, se hablaba de que habían acercamientos entre estos grupos antagónicos (el gobierno estatal morenista y las alcaldías yunistas, pertenecientes al grupo del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares). No hace mucho, por ejemplo, el exalcalde de Veracruz, Fernando Yunes, mantenía una confrontación directa con el gobierno del estado, con todo el sello de la familia.
Parece, y digo sólo parece, que no estábamos en un error cuando decimos que hubo acercamientos, pues hasta fotografías del gobernador en medios de la zona conurbada ya se han manejado con una línea diferente a la del pitorreo y sorna (los más extremistas seguramente no lo pueden creer).
Pero además debe decirse que las nuevas aproximaciones parecen haber sido también por la actitud de los nuevos alcaldes que no buscan la confrontación y dieron las señales para tender puentes.
Es muy maduro de esta nueva clase política que se reunió en pasados días para hacer valer su liderazgo formal para pacificar y apaciguar los enconos entre sus simpatizantes. Las campañas electorales tiene rato que acabaron y no deben de seguir creciendo las animosidades. Ahora falta que sus correligionarios partidistas se sumen a esa nueva dinámica por el bien de Veracruz.
La gira pues, fue exitosa y sigue… porque este jueves y viernes continúa el mandatario estatal por territorio yunista y ahora viene hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador… ¿Será que inviten a los alcaldes a los eventos encabezados por el jefe del Ejecutivo? De ser así, cuente usted con que ya se está —quizás— iniciando una nueva etapa.
Por cierto, ¿y Huerta? ¿No era el encargado político de la zona, pues?
Ojalá este acercamiento sea duradero y para bien. Que en lugar de la politiquería se trabaje en conjunto como debe ser para irle quitando colores al asunto.
@pablojair |