Lo cierto es que la política salarial es la que más ha impactado a la disminución de la pobreza.
Fue una cachetada con guante blanco a los neoliberales que se resistieron por décadas en aumentar el salario mínimo. Tan solo hay que recordar cuando Peña Nieto acompañado de Agustín Carstens, hicieron un super evento difundido con bombo y platillo para anunciar que el salario mínimo aumentaba de 80 a 89 pesos, y lo señalaron como un gran pacto social y de justicia social.
El argumento siempre fue que no se podía subir más el salario mínimo porque dispararía la inflación… y siete años después, el SM pasó de 89 a 278 pesos.
La reducción de la pobreza se debe directamente a los aumentos del Salario Mínimo. “De los 13.4 millones de personas que salieron de la pobreza, 6.64 millones se deben exclusivamente a la política salarial”, señaló Luis Felipe Munguía Corella, director de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.
Lo anterior no es cosa menor, pues hace seis años un SM no alcanzaba para una Canasta Básica, y las proyecciones indican que para el 2026, el SM alcanzará para 2 Canastas Básicas. Mientras que la meta es que para el 2030, cuando Claudia Sheinbaum salga, se pueda adquirir 2.5 Canastas Básicas con un SM.
La meta no es descabellada, sobre todo considerando los incrementos salariales que se han dado en los últimos años.
Han pasado siete años desde la que inició la carrera del Salario Mínimo contra la Canasta Básica, y pese a que no se ha dado el rebote en los precios o el golpe en las empresas que tanto auguran los catastrofistas, nadie puede tener una certeza de lo que podrá pasar.
La disminución de la jornada laboral a 40 horas semanales, el aumento del Salario Mínimo, la inclusión de cientos de miles de trabajadores de plataformas digitales a la formalidad, y otras medidas más, impactan no solo en la disminución de la pobreza sino en los niveles de satisfacción de los mexicanos.
Por lo pronto, los lecheros bien cargados y acompañados de banderillas dulces van para los “chairos”, que han sacado de la pobreza a millones… y los canillazos duros van para los que, desde su posición de privilegio, minimizan cualquier logro gubernamental y salen con la fácil de “yo tengo otros datos”. |