El pésimo gobierno estatal y los municipales emanados del movimiento pejista han hecho descender gravemente la simpatía que tuvieron los ciudadanos para cruzar las boletas que traían a López Obrador como candidato a la Presidencia de la República en 2018.
Tan mal están las cosas para los cuitlahuistas, que tuvieron que darse cuenta de que van a tener que echar mano de la carta más fuerte que tienen -si no la única- para poder entregarle cuentas no tan bajas al Presidente.
Esa carta fuerte es la honradez, la congruencia, la sencillez, la inteligencia, el don de gentes.
Esa carta fuerte es Ricardo Ahued Bardahuil.
¿Alguien lo duda, cuando ve la actuación catatónica del presidente municipal de Xalapa Hipólito Rodríguez Herrero, o de sus congéneres de puesto y partido en Poza Rica, Francisco Javier Velázquez Vallejo; en Coatzacoalcos, Víctor Carranza Rosaldo; en Minatitlán, Nicolás Reyes Álvarez, y en los otros 13 municipios que han gobernado con pena y sin gloria?
Lo saben, lo han sabido siempre, pero al parecer esta semana le cayó el veinte al Gobernador o a quien realmente mande en Veracruz, y se notó que empezaron a hacer un carrusel de acercamiento con el Senador.
No se interpreta de otra forma que fue invitado especial del señor Secretario de Gobierno al encendido del tradicional árbol de Navidad en la Plaza Lerdo (¿a quién se le habrá ocurrido la horrísona idea de poner fotos de jóvenes desparecidos como si fueran esferitas?).
Seguramente se verán otras muestras de “amistad” hacia el ex alcalde y ex diputado local y federal de Xalapa, y seguramente tendrán que darse algunas disculpas por ciertas actitudes hacia él que no se conllevaban con el manual de urbanidad y buenas costumbres, menos entre compañeros del mismo partido.
Don Ricardo es, lo digo con una metáfora que es más seria de lo que parece, el candidato que toda madre querría para su hija. Es la cereza del pastel. El que trae los votos en Veracruz.
Y se ve que ahora van a tener que contentarlo… y convencerlo.
Nota póstuma., Participo con profundo dolor el fallecimiento en Xalapa de mi querida prima hermana, la maestra Patricia Pineda Levet. A su esposo Salvador, a mis sobrinos, les deseo pronta resignación y mucha fe. Descanse en paz. |