A finales del mes de noviembre del 2020, en una entrevista concedida al periódico El Universal, el diputado Porfirio Muñoz Ledo denunció que el “verticalismo” había vuelto a aflorar, ahora en Morena, pues aseguró que aunque la cúpula de ese partido se reunía con diversos aspirantes a candidaturas, de cara a las elecciones de 2021, “hay entidades en las que el dedazo ya es visible”.
Y puso como ejemplo el proceso para elegir a la dirigencia nacional de Morena (en el que él participó y asegura que fue víctima de fraude) que, dijo, fue un ensayo de lo que se va a hacer en el diseño de las candidaturas para el 2021, lo que “sería fatal para el futuro democrático del país”.
Las elecciones del 2021 son, en efecto, no sólo el laboratorio electoral de Morena, sino la plataforma desde la que pretenden construir su proyecto electoral rumbo al 2024, cuando concluya la gestión de Andrés Manuel López Obrador.
En Veracruz se vive un escenario paralelo, en el que se pone en juego la sucesión del gobernador Cuitláhuac García, también en el 2024.
Y si a nivel federal la estrategia de Morena apunta a mantener el control del Congreso de la Unión y conseguir el mayor número de las gubernaturas en juego, en la entidad le apuestan a preservar una sólida mayoría en el Congreso local y conquistar el mayor número de ayuntamientos.
Lo local, sin embargo, luce mucho más complicado que lo federal, pues mientras el Presidente mantiene altísimos niveles de aceptación, en Veracruz, por más que se insista en lo contrario, lo cierto es que la gestión de Cuitláhuac Garcia es ampliamente reprobada por los ciudadanos.
El número de ayuntamientos que gobierne Morena, seguramente se quintuplicará. En la actualidad no llegan a 20 y ni las previsiones más severas le dan el triunfo en menos de cien municipios.
El detalle es que donde son gobierno enfrentan también un profundo rechazo social, y muchos de esos municipios están entre los más grandes, los más poblados, los que más votos aportan.
Las deplorables administraciones de Hipólito Rodríguez (Xalapa), Víctor Carranza (Coatzacoalcos), Nicolás Reyes (Minatitlán) y Francisco Javier Velázquez (Poza Rica) permiten avizorar elecciones muy complicadas para los candidatos de Morena.
Si llegara a perder en todos ellos, además de sufrir las casi seguras derrotas en Veracruz y Boca del Río, eso tendría un impacto inmediato en el Congreso local (quizá no al grado de perder la mayoría, pero sí a niveles que los obligaran a compartir la Presidencia de la Junta de Coordinación Política) y de nada le serviría ganar 150 o más municipios de los “pequeños”.
Como bien lo apuntó este domingo el analista Francisco Licona, de los ayuntamientos que actualmente gobierna Morena, el de Xalapa -la capital del estado y principal núcleo político- es de gran valor estratégico. Si pretenden mantener la hegemonía política y cerrar fuerte rumbo al 2024, es esencial que conserven la administración municipal de Xalapa, lo cual no luce sencillo.
Una revisión rápida de los actores políticos ligados con Morena y vinculados a Xalapa, sólo uno –el empresario y actual senador Ricardo Ahued- podría garantizar el triunfo. Ninguna de las mujeres que aspiran (la diputada federal Dorheny Cayetano y las locales Rosalida Galindo y Ana Míriam Ferráez) alcanzan calificaciones “competitivas”. Tampoco lucen con posibilidades el senadr suplente Ernesto Pérez Astorga, ni el exfuncionario municipal Juan Vergel.
Así pues, a los grupos que se disputan la capacidad de decisión en la conformación de las listas de candidatos de Morena (el grupo de Cuitláhuac, el de Manuel Huerta, el de Rocío Nahle y el de Gonzalo Vicencio, entre otros) lo que les queda es alcanzar acuerdos firmes, desprendidos de intereses particulares. Deben seguir el ejemplo de su guía político y moral (Andrés Manuel) quien supo interpretar dónde y cuándo tenía que dejar a un lado su tesis política y recurrir a soluciones prácticas.
Xalapa puede ser para Morena si amplía su visión, si sale a buscar una figura política sólida, bien reconocida en la capital del estado.
No importa que no sea de Morena. Hace muy poco tiempo, todos los que hoy visten de guinda representaban a otras siglas.
Pragmatismo político, la lección del Presidente. O si no, ¿cómo es que resurgieron personajes como Napoleón Gómez Urrutia, Manuel Bartlett o Elba Esther Gordillo?
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Epílogo.
Este domingo se dio a conocer que el gobernador Cuitláhuac García sostuvo una reunión de trabajo con el procurador del Medio Ambiente en la entidad, el exdirigente del PRD Sergio Rodríguez, y con el subprocurador, Ernesto Cuevas (exdiputado local por Alianza Veracruzana) y la secretaria de Medio Ambiente, María del Rocío Pérez. *** En redes sociales el gobernador anunció que trabajan de forma coordinada para terminar con los tiraderos a cielo abierto y regularizar los rellenos sanitarios a la normativa ambiental. *** Nada dijo, sin embargo, de las denuncias penales que han sido presentadas en contra de los más altos funcionarios de la Procuraduría del Medio Ambiente, a quienes se les da con mucha facilidad la vieja maña de pedir “moches”.
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