En esa dinámica se estima que en 2019, Veracruz, con un presupuesto superior a los 128 mil millones de pesos anuales no pueda justificar más de 12 mil 200 millones de pesos y para el 2020 una cifra en proporciones parecidas.
¿Dónde está el dinero?
Curiosamente las 10 entidades mencionadas son clave electoralmente al representar la reserva electoral de Morena a nivel nacional.
De acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación “No todo el dinero que el Gobierno federal le entregó a los estados el año pasado fue bien utilizado.
La información de la ASF indica que en 2019, 31 gobiernos estatales generaron daños al erario público por 23 mil 331 millones 738 mil 917 pesos provenientes de “partidas de gasto federalizado”.
Se insiste en que los estados con mayores perjuicios económicos son la Ciudad de México, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Sonora, Veracruz, Baja California Sur, Jalisco, Morelos y Quintana Roo. .
Tan sólo las irregularidades de la capital del país, de Veracruz y de Chiapas son equiparables al 52 por ciento (12 mil 88 millones 233 mil 528 pesos) de los perjuicios económicos detectados por la ASF durante 2019 y a ello habrá de sumarse el ejercicio 2020 que en marzo del 2021 se sabrá si supera los montos arriba citado.
Veracruz pues, sigue en la mira de la Auditoría Superior de la Federación por la sensible cantidad de dinero desviado o no comprobado o simplemente no ejercido y devuelto a las arcas federales en materia de obra pública, educación, salud (en lo particular medicamentos) y el escamoteo de participaciones federales.
La ASF es categórica al sostener que Veracruz “no realizó una gestión adecuada de la distribución y pago de las participaciones federales a los municipios de la entidad federativa”, según la auditoría 2019-A-30000-19-1278-20201278-DE-GF”.
El propio gobierno de Cuitláhuac da cuenta del desorden financiero al solicitar a finales del 2019, 19 mil 500 millones en cuatro créditos simples y para el mes de enero del 2020, 9 créditos por un total de 17 mil 552 millones de pesos.
Por tanto, Veracruz carga con una deuda de 41 mil 800 millones de pesos a pesar de ejercer un presupuesto anual que oscila entre los 28 mil y 30 mil millones de pesos.
Es una danza de dinero al que solo se le encuentra una explicación, las raterías o desvío presupuestal para otros fines… como el electoral.
En repetidas ocasiones, 13 para se exactos, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha venido a recordarnos la honestidad de Cuitláhuac García a quien ha calificado incluso de “bendito”.
Y como no ha de serlo si gracias a los repetidos subejercicios del gobierno, es decir, al no aplicar el dinero para la obra pública, el bienestar, salud, seguridad y educación de los veracruzanos y regresarlo a México para no verlo más, es que el Peje ha podido acumular una gran bolsa.
La de López Obrador es una megalicuadora que en este año electoral habrá de utilizarse para comprar conciencias… y votos.
Son ríos de dinero del puñado de entidades de la república gobernadas por Morena que serían utilizados para preservar el poder al precio que sea.
Consecuentemente, en esa dinámica, Cuitláhuac García, jamás será removido de su mandato a menos que una modificación constitucional permita la Revocación del Mandato en marzo del año próximo.
Por tanto es previsible que en este año siga la dinámica de pagos anómalos, omisiones contables, ejercicio lesivo de recursos, irregularidades materiales, obras “chiquitas” para el atole con el dedo, anomalías financieras y el 92% de la obra pública por adjudicaciones directa para los amigos, compadres y familiares.
¡Qué bonita familia!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |