Esconden al gato pero dejan ver la cola al asestar, a través de pasquines y gacetilleros de 200 pesos, cuestionamientos políticos, así como la adjetivación y descalificación de vidas privadas.
Ello sucede justo cuando la debacle de Morena impone la unidad opositora. Se sucede cuando las alianzas se consolidan y de manera localizada cuando el enemigo que se tiene enfrente no es el de casa, sino los bandoleros de la Cuarta Transformación.
Las campañitas negras no son más que la reacción de la vieja guardia traslapada a rémoras y mujeres poco realizadas quienes con prácticas desusadas buscan el descrédito y en el río revuelto, incrustarse olvidando que el pasado ahí se quedó, atrás.
De hecho, la desgracia electoral y traiciones del 2018 deberían quedar en la prehistoria para enfocar los esfuerzos en el momento político; para ir al rescate del partido que por décadas gobernó y que hoy está en tercer lugar.
La alianza debería ser el camino del cambio y no las luchas intestinas por espacios de poder que hoy tienen otro sentido.
El ¡Va por México! y el ¡Veracruz, Va! tienen la finalidad de alcanzar el contrapeso del poder y no para revivir rémoras de oscuro pasado.
Absurdo y desproporcionado, por tanto, que hoy que se va en pos de aspirantes con representatividad -otros, desde luego, son impresentables- ratones y ratoncitas se quieran comer el mandado.
Las casi tres semanas de enfermedad y convalecencia del dirigente priista Marlon Ramírez están siendo aprovechadas por cuadros inferiores para hacer de las suyas, para cobrar viejas venganzas y con “periodicazos” ahora en redes, cambiar la voluntad cupular.
Habrá que esperar el manotazo de Marlon que en breve regresa a Xalapa, ya totalmente revitalizado, para observar el cochinero de quienes creyó que en la lealtad habrían de conservar el principio de unidad, pero que solo han servido para desbaratarle el cuadro y dividir a su manguado partido.
Lo de Pepe Yunes es un mandato del centro, del CEN del PRI; lo de las mujeres que han levantado el dedo es resultado de una concordancia con el PRI Veracruz y el PRI México.
En política no hay casualidades y más que pretender confundir a la opinión pública lo que se debería procurar es ocupar los espacios de opinión en consolidar el nuevo proyecto político que espera Veracruz, que va más allá de una intriga de inconformes resentidos por no ser favorecidos a la vieja usanza del dedazo.
Morena debería ser para los partidos de oposición el enemigo a vencer, no los de casa, pero creo que en el PRI esos son sueños guajiros.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo |