Lo que el persuadido pejista no atina a ver en su bullente visión utópica, es que con toda seguridad los mexicanos del futuro mediato n verán con esos mismos ojos la realidad que van a enfrentar.
Para los que no están obnubilados con la labia del Patriarca, dentro de algunos años la gente dirá que López Obrador construyó un aeropuerto bastante modestito, una obra que remedió solamente por unos cuantos años el problema del tráfico aéreo de la capital de la nación, y terminó siendo necesario que el Gobierno hiciera un esfuerzo mayor con el dinero de los contribuyentes y las riquezas nacionales para construir una central a tono con el nivel que tiene México en el mundo y con su vocación comercial y turística.
Verán que la refinería de Dos Bocas terminó siendo un elefante blanco en un mundo en el que las energías limpias finalmente prevalecieron y el petróleo pasó a ser un producto de tercera necesidad. Para ellos, la bronca será apurarse para vencer el retraso que hay en México de plantas eólicas, solares, hidrológicas, etc.
También se quejarán de que el Tren Maya produjo un daño profundo en la ecología de la península de Yucatán y afectó severamente a la Reserva Mundial de la Biósfera de Sian Ka’an, que en maya quiere decir “puerta del cielo”. Y esto se hizo no obstante que la UNESCO había declarado zona protegida a esta región desde 1987.
Difícilmente nuestros descendientes podrán estar de acuerdo en que AMLO terminó con la corrupción en su sexenio porque se dedicó más bien a ejercer venganzas contra los que él llamaba sus “adversarios” y nunca fue a fondo contra los verdaderos ladrones del erario.
La gasolina ha subido en los últimos días y se vende alrededor de 20 pesos. Los analistas no ven la manera de que en los próximos cuatro años se pueda reducir el costo para los usuarios.
Y la democracia. ¡Ay, la democracia! Sí nos quedará a deber el actual Presidente de la República porque en su partido, que debería ser el ejemplo de respeto a la ley y de cordura cívica, apenas en la primera elección grande que van a tener ya se traen una rebatinga y pleitos internos que hacer perder la esperanza de que el voto y los candidatos sean respetados por la autoridad federal, la misma que debería ser garante de limpieza.
No, no sé qué vayan a decir en el futuro del presidente López Obrador, pero seguramente no será algo bueno.
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