Más aún si se toma en cuenta que en caso de que Ahued falle o que las tribus morenas lo lleven a la derrota, el “Caballo de Troya”, Raúl Arias Lovillo, “Plan B” de Morena en complicidad con Dante Delgado, está listo para el arrebato de la plaza.
Por tanto, muy a huevo y con calzador el Partido Acción Nacional que encabeza Joaquín Guzmán, ha tenido que aceptar la imposición del dirigente del Comité Nacional del PAN en la ciudad de México, Marko Cortés, a quien lo que menos importa es si Sergio “El Bailador” gana o no la joya de la corona veracruzana.
Para Marko Cortés lo fundamental es que rumbo a la renovación del Comité Ejecutivo Nacional del PAN este fin de año, sea reelecto y para ello requiere del capital político de los Yunes Linares.
Ese es el origen de la pulverización de la alianza en donde a David Velasco no le queda de otra que ir con el PRI, que carece de la fuerza suficiente ya que con la estructura electoral que lo tiene en último lugar producto de la última votación, difícil será remontar el marcador.
Es más, David no gana ni comprando la votación, de ahí que tras su entrevista y rechazo de Marko, el aspirante haya dicho a su familia y cercanos que “sin la alianza no voy ya que no tengo posibilidad alguna de ganar”.
Y del lado del PRD no hay de otra más que apoyar a Cuauhtémoc Velázquez, que tiene simpatía, pero no para ganar la contienda. Mientras Cynthia Lobato, que tiene todo para ganar la capital, sigue deshojando la margarita.
Por tanto, el caballo más flaco, a quien le toca bailar con la más fea, es a Sergio Hernández Hernández, un nacido para perder.
Este joven, con más músculo que cerebro, motejado por sus cercanos como el “checo pacheco” ha sido diputado en dos ocasiones.
La primera ocasión llegó sin ser votado, sin enfrentarse a las urnas, por la vía plurinominal; en 2018, la segunda ocasión como diputado, fue candidato por mayoría representativa, perdiendo la elección ante Ana Miriam Ferraez, aun así, llegó al cargo gracias a la figura de representación proporcional.
Sergio es conocido en el ambiente político por las comilonas que organiza que terminan en prolongadas borracheras y antológicas grescas como la que protagonizó en la cantina “Varadero” recientemente en donde fue tal el escándalo que los vecinos preocupados tuvieron que llamar a las autoridades para parar el reventón del “Checo”, amigos y damiselas.
Hernández fue asimismo criticado porque al cumplir sus primeros 100 días como Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del estado, organizó un encuentro para cientos de personas en el Velódromo de Xalapa, donde destacó la presentación del grupo musical “Sonora Dinamita” y agasajó a 156 titulares de sus casas de enlace.
Tres millones de pesos costó el pachangón.
Además, en aquel 2017, un audio filtrado en redes sociales y medios, fue acusado por la diputada local panista Cinthya Amaranta Lobato Calderón de desviar recursos de la legislatura para “organizar fiestas, borracheras, consumir drogas y divertirse con mujeres”.
Y lo más reciente.
La mañana del martes 12 de febrero del año pasado, una mujer de 88 años de edad de nombre Luz María Landeros Becerra, mejor conocida como “Doña Luchita”, fue desalojada de su casa ubicada en la calle Carlos Miguel Palacios, en la colonia centro, donde prácticamente había habitado toda su vida.
Quien reclamó el terreno fue nada más y nada menos que su nieta, Beatriz Alicia Gea González, apoyada por el diputado Sergio Hernández Hernández, quien pretendía utilizarla como una casa de gestión, aunada a la “Casa de Enlace” que se encuentra a tan sólo dos cuadras del inmueble.
Hernández desmintió la especie, sin embargo, el peso de la denuncia y las evidencias fueron mayores.
Ya desde 2018, el abogado Tomás Mundo Arriasa había denunciado “tráfico de influencias” del llamado “He Man” veracruzano, un legislador impulsado por el entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y que se volvió famoso por sus francachelas, despilfarros y licenciosa vida.
Ese es pues, el “gallo” de los Yunes Linares para ganar la plaza más emblemática de Veracruz, una plaza que de ganarla para los jalapeños resultaría peor que la pesadilla que estamos viviendo con Hipólito Rodríguez.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |