Hará que decir que Alejandro Bonilla también ha estado a punto de conseguir que muchos de sus trabajadores caigan exhaustos ante la carga de trabajo monumental que implica organizar 212 votaciones municipales y 30 distritales (por comparar, el OPLE del Estado de Aguascalientes operará 11 elecciones municipales y 18 distritales: 29 allá contra ¡242 acá!).
El licenciado Bonilla y sus colaboradores tendrán que lidiar además con alrededor de 2 mil candidatos a diputados locales uninominales y plurinominales, así como a presidentes municipales, síndicos y regidores... y sus suplentes.
Al número de miles de aspirantes y abanderados hay que sumar los millones de pasiones que se desatan siempre en este tipo de procesos, que en muchos municipios son vistos como verdaderas competencias, luchas encarnizadas por el poder y el dinero cercano y visible que entraña dirigir un ayuntamiento.
Y a los miles de suspirantes y los millones de pasiones también tenemos que añadir los innumerables intereses que se manejan alrededor de estos comicios, en los que hay que incluir a políticos viejos y nuevos, a funcionarios de la Transformación y no, a empresarios, a líderes sociales, al no tan embozado crimen organizado.
Todos se quieren acercar a Alejando Bonilla Bonilla, pero pocos querrían estar en sus zapatos, con tantas noches de claro en claro y tantos días de turbio y turbio, como don Alonso Quijano, que perdió los estribos por la falta de sueño y de descanso, y esperamos que en nuestro caso eso no suceda. Ni Dios lo quiera.
En fin, ahí va la elección estatal, cumpliendo sus plazos y con un OPLE que está haciendo su trabajo.
Esperemos que le vaya bien a todos… y al licenciado Bonilla.
sglevet@gmail.com |