De regreso a nuestro México exasperado, desde el mismo patriarca hasta su círculo muy cerrado y la dirigencia morenista salen acciones dictadas por la exasperación... y por lo mismo nada más han logrado ir perdiendo devociones y votos probables de una manera constante y creciente.
Los ciudadanos y hasta muchos de los otrora furibundos fanáticos de la Cuarta Transformación dudan cada vez más de las encuestas cuchareadas en las que Morena aparece muy al frente de la preferencia popular.
Ésa ha sido una de las más socorridas estrategias para, según piensan, conseguir el voto mayoritario: convencer a la población de que van muy adelante en las preferencias electorales, con el fin de desalentar a los mexicanos que piensan ir a votar en contra del morenismo.
Sin embargo, grupos-termómetro de la opinión ciudadana como los taxistas, los burócratas y los profesores emiten generalmente una opinión adversa sobre el Gobierno actual, y manifiestan abiertamente su intención de sufragar en contra de los candidatos del partido oficial.
Y es que la desilusión ha sido tan grande como exageradas fueron las promesas de AMLO y sus seguidores.
Una a una, el profeta de la honestidad fue fallando en cumplirle al pueblo de México, y por lo mismo, una a una se la cobrarán los votantes, esos mimos que le dieron una victoria arrolladora apenas hace dos años.
Queda a los mexicanos la garantía de nuestras leyes, que todos esperamos el Presidente cumpla y haga cumplir, a fin de que en unas semanas el voto popular se ejerza y se cumpla debidamente.
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