INDEPENDIENTEMENTE de la ambigüedad de la pregunta que será parte de la consulta popular para saber si el pueblo quiere o no, que se enjuicien a los ex Presidentes de México, habría que aclarar, con cierta precisión, quiénes son los actores políticos del pasado, de los cuales busca venganza el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Sin señalar nombres directamente, la pregunta que será parte de la consulta, no determina a quién o quiénes podrían ser sometidos a la acción de la justicia, sino simplemente especula sobre “actores políticos del pasado”, los cuales, al entender del pueblo mexicano, podrían ser los ex Presidentes, los integrantes de sus respectivos gabinetes, los ex dirigentes partidistas, los ex representantes de asociaciones políticas, y para no hacer larga la lista, incluiría a los mismos ciudadanos que participaron en los procesos electorales al depositar sus votos, porque también serían acciones políticas del pasado, cuyas decisiones personales llevaron a tales o cuales ciudadanos a la Presidencia, quienes fueron contratados para dirigir los destinos del país tanto en lo político como en lo administrativo.

Se cree que en su afán vengativo, el Presidente López Obrador, se está llevando entre las patas de los caballos, a todos los actores políticos del pasado, y como no señalan nombres, pues se entiende que son todos los que han participado en política hasta antes de su llegada a la Presidencia de la República.

En ese sentido, ¿cuántos ciudadanos, se pregunta, estarán dispuestos a castigarse así mismos, por las decisiones políticas, tomadas en cualquiera de los actos en los cuales participaron y que estaban, indudablemente, dentro del marco político de su momento?

La pregunta dice así: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas, tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

No hay, como se ve, nombres de los posibles imputados, ni tampoco señalamiento alguno, de los delitos cometidos, porque la ambigüedad de la pregunta, abarca a todos los ciudadanos de este país, porque  todos son actores políticos, en la medida que les corresponda.

Sobra decir, que la consulta será, en los términos que se propone, inapropiada, fuera de lugar, innecesaria, improcedente, imprecisa, imprudente e insensata, porque aplicar la ley, en todo caso, es responsabilidad de los órganos jurisdiccionales, que para ello existen, haciéndolo en base a una denuncia, para los casos que se requiere seguir a petición de parte, o bien de oficio, pero no se debe, por salud social y respeto a marco jurídico que rige al país, buscar que sea el pueblo quien determine si se aplica la ley o no. Falta valor civil para afrontar estas decisiones, porque se avienta la bolita a quienes menos tienen esa responsabilidad.

Por otro lado, el costo que significa llevar a cabo este proceso, en el cual se estaría gastando una cantidad aproximada de los quinientos millones de pesos, recursos que se requieren, en todo caso, para comprar medicamentos y vacunas, que es la prioridad del pueblo mexicano, en estos momentos, aparte, muy aparte, de la discutida obligación del Instituto Nacional Electoral, de organizarla y de pagarla.

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PREOCUPACIÓN EN EL ALTIPLANO.

AUNQUE FALTA MUCHO para llegar al momento de iniciar legalmente el proceso de la sucesión presidencial, la preocupación política de muchos actores políticos, tanto de partidos políticos como de los presidenciables, se dice, está centrada en la constante disminución de popularidad del Presidente de la República, quien es la figura principal de este escenario político, en quien descansa la posibilidad de que Morena, siga siendo el partido político que gane las elecciones en el dos mil veinticuatro, con cualquiera de los protagonistas políticos que ya fueron, prácticamente destapados, amén de lo que pudiera suceder en los meses por venir.

Y no es para menos, pues cualquiera de los que han sido mencionados como posibles sucesores, saben perfectamente bien que sin López Obrador, a la cabeza, estarían corriendo el riesgo de perder la Presidencia de la República, y consecuentemente la mayoría de posiciones hasta hoy ganadas en todo el territorio nacional.

Claro que hay preocupación y se entiende bien que la tengan, porque si baja el Presidente, en su aceptación popular, baja también el partido, y con ellos, los aspirantes que hoy ya están en camino de conseguir la ansiada candidatura.

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LAS CIRCUNSTANCIAS POLÍTICAS.

CON TODO EL ESCENARIO que se ha ido construyendo, después de las elecciones del seis de junio, hay quienes apuestan que serán las circunstancias políticas, las que jueguen un papel importante y casi decisivo en los futuros procesos electorales.

Pero esto no debe ser motivo para que los partidos políticos bajen la guardia y relajen las medidas políticas que ya debieron emprender, una vez concluido el proceso electoral pasado, porque las circunstancias políticas podrán ayudar, pero nunca sustituir al trabajo  y la operación política permanente.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.