"¿Ladran los perros, Sancho? ¡Señal de que cabalgamos!"
[Por cierto, esa famosa frase no aparece en ninguna de las dos partes del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, ni en la primera de 1605 ni en la segunda de 1615. Es como otras que se han mantenido en el imaginario colectivo de nuestra cultura y que ahí siguen siendo citadas como si fueran verdaderas.
¿Otras famosas que nunca fueron dichas?
- "Elemental, mi querido Watson", que no está en ninguno de los 56 cuentos ni de las cuatro novelas de Sherlock Holmes que escribió sir Arthur Conan Doyle.
- "Es locura querer obtener resultados diferentes si hacemos las cosas siempre igual". Esta frase bonita y cierta nunca la expresó públicamente Albert Einstein, aunque todo el mundo cree que sí.
- “Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”. No hay prueba documentada de que el profeta hubiera expresado esa frase, aunque se usa coloquialmente.]
Pero volvamos a nuestro tema inicial:
La campañita orquestada recientemente en los medios con notas e informaciones falsas atribuidas a Fernando Yunes Márquez tiene su origen más en el enojo que en la eficiencia que puedan tener en su resultado.
Saben que el hijo menor -aunque no el más chico- de Miguel Ángel Yunes Linares tiene mucha carrera por delante, y no se lo perdonan.
Esos mismos que lo atacan se delatan sin querer porque reconocen con su actitud el temor fundado que tienen en que seguirá ascendiendo en su carrera política para consolidarse como un formidable adversario electoral del partido en el poder.
A punto de concluir su gobierno municipal, Fernando es todo un referente político, y eso lo confirman sus temerosos adversarios.
Queriendo bajarlo, lo han mantenido vigente en las redes; queriendo martirizarlo, lo han convertido en un mártir; queriendo borrarlo, lo siguen remarcando.
Lástima por aquéllos, porque van a tener Fernando para rato.
Y más a partir del primero de enero de 2022.
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