El doctor Aguilar Sánchez, sociólogo e investigador de movimientos reivindicadores y laborales, gente de izquierda y alineado ideológicamente con el movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, promovería una universidad popular, cercana a las necesidades de los más marginados.
Seguramente los estudiantes universitarios se empezarían a integrar en brigadas de apoyo a las comunidades y grupos con mayores necesidades.
La casa de estudios tendería a ser una instancia de equilibrio social, con ayudas directas a alumnos precarios y muy en el espíritu del Movimiento del 68.
La Unidad de Humanidades de San Bruno retomaría su papel de embrión y apoyo de movimientos populares.
Por su parte, el doctor Manzo Denes inclinaría la balanza hacia una universidad científica. El énfasis de su administración sería mejorar la calidad de los programas educativos y reforzar grandemente a la investigación.
Los profesionales que trabajan para la UV serían promovidos para que aprovecharan fe la mejor manera los programas de fomento a la investigación, tan escasos y a la baja en el país.
Jorge Manzo desarrollaría también los diplomados, así como los programas de posgrado y la certificación de todos los estudios que ofrece la UV.
Y finalmente, el doctor Coronel Brizio impulsaría una universidad incluyente, que recuperara su papel rector en el sector educativo y además fuera un referente y un apoyo para las actividades productivas de toda laya en Veracruz.
Todos los sectores tendrían oportunidad de participar junto con la Universidad para mejorar sus condiciones, con ayuda del conocimiento científico.
Adicionalmente, Coronel Brizio llegaría a imponer un orden administrativo y a sanear el manejo de las finanzas.
Tres rectores y tres caminos; una tercia de ases de la que tendrá que sacar la Junta de Gobierno a la persona que más necesita en este momento crucial la máxima casa de estudios de Veracruz.
Ojalá que le atinen al bueno.
sglevet@gmail.com |