Bien dice la Biblia, “Por sus obras los conoceréis”.
Por cierto, hasta donde vamos de esta sucesión, la JG ha tenido un comportamiento ejemplar y ha mandado señales que despiertan la confianza de la comunidad universitaria y de la ciudadanía en general, en el sentido de que votarán y designarán al nuevo Rector (o Rectora) de acuerdo con su conciencia y pensando en la salvaguarda de la autonomía de la casa de estudios, y de su permanencia como una institución de gran calidad.
La primera señal alentadora que envió la JG fue cuando no dejó pasar la inscripción de un influyente funcionario federal –el xalapeño Roberto Ruiz Saldaña, Consejero del INE y gente cercana al círculo rojo de Andrés Manuel López Obrador-, porque no cubría todos los requisitos solicitados en la convocatoria.
Después de eso, los cinco integrantes internos y los cuatro externos se han cuidado de hacer declaraciones o de filtrar datos, con lo que se ha mantenido un hermetismo que tiene a muchos al borde de la histeria.
Y digo muchos porque ni siquiera son los aspirantes, sino el recio conglomerado de ilusos que se han ido colocando a la sombra de uno o varios de los 13 personajes que están en la lista.
Bueno, decía al principio que he tenido la fortuna de que universitarios de cepa han accedido a comunicarme su sapiencia.
Mañana, si me permiten, les convidaré algunas viandas de ese banquete informativo.
sglevet@gmail.com
|