CUANDO el gobierno de la supuesta cuarta transformación transita cerca de la mitad del tiempo, constitucionalmente fijado, para detentar el poder político y económico, gobernando a la nación, sin duda alguna, por mandato directo de un poco menos de la mitad de la lista nominal de electores, lo que constituye buena parte de la participación democrática a la cual ha aspirado permanentemente, el país se encuentra dividido, en una proporción significativa también de la mitad de la población que no está de acuerdo con lo expresado por el Presidente de la República, en su reciente informe de labores, correspondiente, también, a los tres años de administración, o bien a la mitad del llamado sexenio político.

Varias son las expresiones en contra de lo que el mismo Presidente, ha dicho que son logros de su gobierno, las que alcanzan, de acuerdo a diversas encuestas realizadas por empresas que se dedican profesionalmente a ello, el cincuenta por ciento, cediendo, de la misma manera, el cincuenta por ciento restante a los que aceptan como verdaderos todos los datos que aporta el mandatario nacional, no tan solo en sus informes gubernamentales, sino también en su diaria tarea de manipulación nacional, a través de sus famosas mañaneras.

¿Porqué la mitad de la población, ya no cree en lo que dice el Presidente?

No ha sido casualidad que durante sus seiscientas ochenta y seis comparecencias presidenciales, ya se hayan contabilizado más de sesenta mil afirmaciones no verdaderas, o bien que adolecen de un respaldo suficiente como para considerarse ciertas, lo que ha desmerecido, de la misma manera, el desinterés por las famosas conferencias de prensa que ofrece a diario el Presidente de la República.

Para efectos de la llamada división del país, de acuerdo a las opiniones vertidas por la población, México, sí se encuentra, prácticamente, partido por la mitad, porque más o menos el cincuenta por ciento de los gobernados, están de acuerdo con la forma de gobernar de Andrés Manuel López Obrador, mientras que el resto, es decir, el otro cincuenta por ciento, asegura que no se ha avanzado significativamente y que solamente se ha dispuesto de la distracción, ofreciendo sus propios datos, para mantener supuestamente informada a la población.

Hoy por hoy, todo parece coincidir, pues se habla de tres años de gobierno, es decir, la mitad del sexenio, con la mitad de las opiniones de la población en contra, con la mitad de la población del país, en evidente pobreza, con sesenta y un mil mentiras contabilizadas en sus conferencias, que corresponde, de alguna manera, a la mitad de la población de México, aproximadamente, con una división política de por lo menos la mitad de la nación.

Así, de esta manera, el Presidente de la República, está por arribar a la mitad de su gobierno, a la mitad de su administración, con también la mitad aproximada de su gabinete que son mujeres y con un cincuenta por ciento de probabilidades de que los ciudadanos de este país, acudan a las urnas nuevamente en la próxima consulta, que es la revocación de mandato, con la mitad de la esperanza puesta en que los resultados puedan ser suficientes como para continuar en su gobierno y terminar el sexenio como constitucionalmente está mandatado, sin ninguna preocupación por la popularidad que ha tenido durante estos tres años de gobierno, que de alguna manera, han servido para mantener, más o menos, la mitad del total equilibrio político de la nación.

López Obrador, comenzará, muy pronto, la otra mitad de su administración, donde tiene que garantizar, por lo menos la mitad de los proyectos que tiene su administración para poder satisfacer a los gobernados, cuestión que le podría ayudar para buscar que su candidato a sucederlo, sea de un poquito más de la mitad de los votantes para obtener la victoria electoral.

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UN PRI, QUE VIVE.

CON TODO LO QUE HA PASADO en la vida política del país, podría decirse, en verdad, que el Partido Revolucionario Institucional, está por desaparecer.

Sin embargo, como también aquí lo hemos comentado en diversas ocasiones, el PRI aún no muere y su presencia nacional, está vigente en espera del arribo de las nuevas generaciones de políticos que vendrán, sin duda alguna, a fortalecer la estructura que lo ha sostenido siempre.

De esta organización, se han servido los principales actores políticos del país, incluyendo, desde luego, al mismo Presidente de la República, que no podrá negar, que sus raíces políticas se encuentran precisamente dentro de estas siglas. De ahí que no sea el partido político quién hace bien o mal al pueblo, sino son aquellos personajes que lo tomaron como trampolín para llegar a concretar sus intereses.

Por eso, el PRI, no morirá, sino al contrario, persistirá por mucho tiempo y volverá a ser la expresión política que más ha aportado al país, en todos los sentidos.

Y quién mejor está consciente de ello, es el mismo dirigente estatal Marlon Ramírez Marín, quien no pierde ninguna oportunidad de seguirlo levantando.

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MONREAL, A TIEMPO ESTÁ.

CUENTAN EN LAS ALTAS ESFERAS del poder político de la nación, que si Ricardo Monreal, de verdad aspira a la nominación de su partido, para buscar la Presidencia de la República, está, pues a tiempo de comenzar su deslinde del propio Presidente, quien no lo apoyará, llegado el momento de las decisiones.

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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.