CON el puro afán de terminar con el Partido Revolucionario Institucional, durante sus recientes años de existencia, a esta organización política, se le han endilgado todos los errores, habidos y por haber, generados por quienes aprovecharon muy bien el uso de sus siglas, hasta de aquellos que tuvieron a la mano la oportunidad de favorecer sus intereses políticos, echándolo de cabeza.

Hoy, nuevas corrientes se mueven en un mismo sentido para tratar de reencontrarse y darle mejor vida al tricolor. Ojalá, dicen algunos, no sea, solamente, para tratar de modificar el camino de recuperación que lleva desde hace algunos años, con nueva dirigencia y con nuevas perspectivas de cambio que en lo general pretenden levantarlo y echarlo, no a andar, sino a correr por este escenario político de la entidad, en momentos cruciales de su existencia.

Es casi normal que en tiempos cercanos a elecciones, aparezcan nuevas organizaciones políticas que quieran adherirse a sus proyectos y que aprovechando en gran parte su recuperación, busquen, primero, desechar lo que tiene y luego apoderarse de lo que hay para saciar sus propios intereses políticos. Ojalá, no sea así, manifiestan muchos priistas que ven, desde la barrera, lo que ya se mueve en el ambiente político de la entidad, relacionado con su fortalecimiento.

Y es que los buenos deseos deben encaminarse a seguir una misma ruta, solidarizándose con sus proyectos y programas políticos, valorando lo que tiene y sacudiendo, eso sí, aquellos oportunismos que se ven en estos días.

El PRI, como se sabe, no duerme, aunque muchos, desde hace tiempo, lo hayan dado por muerto.

La nueva dirigencia, se la ha rifado y esto es lo que realmente tiene que reconocerse, porque si no es así, cualquier intento de unidad política saldrá sobrando. La muestra es que sigue habiendo PRI y que muchos políticos, como Marlon Ramírez Marín, han sabido esforzarse aún sabiendo las enormes y grandes dificultades que le impiden mantenerse.

Lo de ayer es un buen intento de recuperación política de un partido que lucha por mantenerse vivo, sin dormir, alerta, pero sin provocaciones internas y menos luchas estériles e intereses políticos personales.

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SE INSISTE, SHEINBAUM, NO ES LA BUENA.

VIENEN CORRIENDO RUMORES, dentro y fuera de Morena, que la Jefa de Gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, no será, finalmente, la candidata a la Presidencia de la República, como tanto se ha hecho creer. Existen estrategias bien definidas para poder enmascarar la verdadera decisión, no precisamente, porque haya o no capacidad para enfrentar este enorme reto, sino, sencillamente, porque los proyectos políticos del Presidente de la República, exigen, por ahora, otro perfil político más adecuado.

La mayoría, hasta ahora, se basa, solamente, en el poder que tiene el mandatario nacional, para tomar decisiones personales únicas y que su palabra es la última, en estos casos, sobre todo, para quien, supuestamente, tiene todos sus afectos.

Sin embargo, los afectos personales pueden tener una evidente variación en relación con los afectos políticos, que en este caso, serán los que definan esta situación.

Y es que los primeros indicios de que las cosas no serán como se están pensando, se dieron apenas en el pasado recuento del Presidente, dónde los analistas y observadores políticos, se dieron cuenta que su presencia, la de Sheinbaum, no fue tan relevante como se hubiera esperado, pues, incluso, se afirma que fue más ovacionada la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, que ella misma, creando, por ahí el primer desencanto entre sus seguidores.

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EN UNA SEMANA, RESULTADOS DE CONTAGIOS.

FUERON MÁS DE DOSCIENTOS CINCUENTA mil seguidores de López Obrador, entre ellos cientos de funcionarios veracruzanos, que abandonaron sus tareas diarias, los que se reunieron en el zócalo de la ciudad de México. La mayoría de ellos sin cubrebocas, lo que representa, en estos momentos una seria preocupación para el sector salud, porque puede darse un significativo aumento de contagios del virus del Covid-19.

Fue un acto innecesario, como tanto se comentó, en virtud de que nadie le podía obligar al Presidente, realizarlo, puesto que la constitución general de la república, lo ordena y lo mandata que sea el primero de septiembre, tal y como se dio cumplimiento puntual. Lo de la concentración masiva, fue otro capricho más que puede salir bastante costoso en materia de salud.

La preservación de la salud, es algo esencial en cualquier gobierno del mundo, por lo que se deduce que en México, no hay interés en ello y que se le da preferencia al culto personal, antes que el cuidado de los gobernados.

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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.