PRIMERO fue el PRD, ahora es el turno del PAN, y mañana, cuidado, porque mañana podría ser el PRI. Se trata, en todo caso, de obstaculizar, por cualquier motivo, el avance de la oposición, que al parecer, debido a la preocupación que muestran en palacio de gobierno, algo de fuerza les queda y pueden ser punto de referencia para una posible derrota de Morena, en el dos mil veinticuatro.

A la detención de Tito Delfín, aspirante a la dirigencia panista, cuyas declaraciones pusieron en alerta a los de casa como a los propios dirigentes del partido en el poder, se le han dado diversas connotaciones. Una de ellas, es precisamente el interés de la familia Yunes, del Estero, para borrarlo del mapa, puesto que de esa manera evitan, por un tiempo más, que sean, en determinado momento, perseguidos por la cuarta transformación. Otra más se encuentra en la posible negociación de la alcaldía del Puerto, donde aún no queda firme la victoria panista.

Y si faltara algo más, hay que tomar en cuenta, también, que el todavía alcalde de Veracruz, puerto, Fernando Yunes Márquez, tiene por ahí una cola demasiado larga que ya le están pisando fuerte. Alguien tendría que ser sacrificado y fue precisamente Tito Delfín, que independientemente de ser o no ser culpable del delito que le acuse, es algo que para la política es importante, debido a que primero está asegurar la victoria política en los eventos políticos que vienen.

Por ahora, ya hay dos icónicos políticos de la oposición en Veracruz, detenidos. Falta, de alguna manera el PRI, donde ya estarán buscando darle otro duro golpe a su participación, pues en el envoltorio político de la entidad, hay mucho quehacer en este sentido. La política es así, vengativa en algunos casos, interesada en otros.

¿Por dónde pues, resultará el otro caso?, porque al parecer, van con todo. En palacio de gobierno, no les gusta negociar y esa es una duda que aún queda respecto de la detención de Tito Delfín. En lo que sí parece ser cierto es que hay mano negra en este asunto político.

Mientras tanto, en el Estero, seguramente que no hay mucha preocupación. La jugada política, con el sello de la casa o no, la verdad es que les conviene. Para Tito Delfín, el convenio ha terminado.

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DANTE, NO LE ENTRA A LA ALIANZA.

AUNQUE SE SABE que ya lo han invitado, tanto a nivel nacional como estatal, para que su partido político Movimiento Ciudadano, se incorpore a la alianza política de los partidos de oposición a Morena, Dante Delgado Rannauro, no ha dicho que sí ni tampoco ha dicho que no, pero lo más seguro es que ya lo pensó detenidamente, debido a que ya conoce lo que significa estar en la cárcel, por lo que, seguramente, no quiera estar nuevamente en riesgo de que por alguna razón, pudieran detenerlo.

Y si lo decimos de esta manera, es porque en la actualidad, las detenciones están a la orden del día. Se trata de nulificar cualquier acción política que contravenga los deseos de la cuarta transformación. Son tiempos de peligro para todos, pero más en política, porque es ahí donde se encuentran los intereses más profundos de este momento, previo a la gran elección del dos mil veinticuatro, la cual, desde muy temprano se ha despertado, en cierta forma, por el interés político que representa.

Dante, inteligente como lo es, sabe perfectamente bien que no le alcanza para participar solo, por lo que habrá de esperar para encontrar un acomodo, puesto que en principio ha sido uno de los hombres señalados como posibles candidatos a la gubernatura del Estado, o bien, pudieran declinar esta responsabilidad a favor de uno de sus hombres más cercanos en la política y en los afectos personales.

Así es que, de acuerdo a quienes lo han analizado profundamente, Dante, ya no quiere verse en problemas de esta naturaleza, sabiendo de antemano, que los tiempos no son los más adecuados para entrar al quite.

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MORENA, SEGUIRÁ FUERTE HASTA EL VEINTICUATRO.

MIENTRAS ANDRÉS MANUEL López Obrador, se mantenga en la Presidencia de la República, Morena, seguirá siendo un partido político con fuerza y con poder. Al término de su mandato, podría venir, entonces la debacle política de este partido, que aún con toda la popularidad que tiene, no cuenta con una verdadera estructura bien definida, pues en ello no se han ocupado quienes ahora están en el poder. Terminado López Obrador, las bases podrían comenzar a fracturarse, sobre todo, por los intereses políticos que surgirán para querer, en todo caso, ocupar el lugar que deje vacante el propio Presidente.

Salvo que surgiera otro líder, más o menos con la popularidad de López Obrador, Morena, se mantendría incólume. Pero si la solución de la futura candidatura es como la tiene prevista el mandatario, es casi seguro que comenzarán de inmediato las fracturas políticas. El Presidente, sin embargo, lo sabe, pero sabiendo como es, lo más seguro es que imponga su propia voluntad, tal y como lo ha venido haciendo en estos tres años de gobierno.

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