La masacre de Isla le echó a perder el viernes al gobernador que minutos antes había sido ensalzado una vez más por el presidente López Obrador en su mañanera. “Le tengo absoluta confianza a Cuitláhuac García; lo considero un hombre con principios, una gente honesta. Dije y repito que Veracruz llevaba mucho tiempo sin tener un gobernador como Cuitláhuac García. Porque desgraciadamente Veracruz había sido o fue mal gobernado. (Antes había) mucha corrupción, mucha vinculación con la delincuencia organizada y de cuello blanco y ahora es distinto completamente”.
Golpeado por la enésima vez, Cuitláhuac sacó del folder la hojita donde trae apuntado el trillado discurso que dice que en Veracruz no se permitirá la impunidad, que su gobierno no pactará con criminales y que los está combatiendo. Pero lo que se ve de manera cotidiana es diametralmente opuesto.
Antes de ser asesinado, uno de los nueve de Isla dijo que era sobrino del Secretario de Gobierno Eric Cisneros, quien le habría ofrecido 5 millones de pesos, armas y droga para “calentar la plaza”, como si el sur de la entidad necesitara de más calor. Cierta o falsa, la acusación del presunto (o verdadero) sobrino quedó en el limbo.
Hay zozobra y ansiedad. El miedo y la impotencia se combinan con la ira hacia un gobernador que piensa que con lemas setenteros va a detener la violencia cuando no es así. A estas alturas es imposible no aceptar que Veracruz y sus autoridades ya fueron rebasadas por los delincuentes.
“López Obrador y Cuitláhuac García le han echado tanto la culpa a los gobiernos anteriores que han abusado, pero en honor a la verdad nunca como ahora habíamos estado tan fregados en salud, educación, inversión y seguridad”, me dijo un analista político. Y en efecto, nunca habíamos estado tan hundidos.
En unos días el presidente nos honrará con una más de sus visitas y aprovechará la ocasión para levantarle el brazo a su muchacho; despotricará contra los conservadores y fifís, inaugurará unas inútiles sucursales del Banco del Bienestar, se negará a hablar con familiares de los desaparecidos y con los padres de los niños con cáncer y se irá. Y Veracruz volverá a lo mismo.
Los delincuentes seguirán extorsionando, secuestrando, asesinando y sembrando terror porque la plaza es suya.
Y a la par de todo esto o debido a lo anterior, Morena se seguirá fortaleciendo para repetir su triunfo en Veracruz en el 2024.
No puede imponerse la cultura de la muerte: Suazo
En su homilía dominical, la Arquidiócesis de Xalapa mediante su vocero José Manuel Suazo, hace una interesante reflexión digna de encomiarse, pero sobre todo, de ser escuchada con mucha atención por las autoridades que dicen protegernos.
“Estamos viviendo momentos de mucha obscuridad que están generando incertidumbre, temores y miedo a la gente. A las amenazas de la llegada de una cuarta ola de Covid, ante la que no estamos blindados, se agrega ahora un ambiente de horror y de muerte que deja una estela de dolor, luto e indignación.
“El 6 de enero pasado, mientras en muchos hogares los niños disfrutaban alegremente por los regalos de los reyes magos, una muy lamentable y triste noticia empezó a circular. El hogar de una familia xalapeña fue allanado y una pareja de adultos de la tercera edad que ahí vivía, fue terriblemente agredida. El saldo que quedó fue el de una mujer brutalmente asesinada a golpes y su esposo con heridas mortales. Por otra parte al sur de Veracruz, tan sólo un día después, dejaron 9 cadáveres a la orilla de una carretera.
“Estos lamentables hechos ponen en evidencia la triste y lacerante realidad que en todo el Estado de Veracruz estamos viviendo; de norte a sur y de este a oeste se sabe de historias dramáticas que la gente está viviendo y que la mantienen en la total indefensión. No saben a dónde acercarse ni quien les brindará protección y seguridad.
“Necesitamos tomar conciencia de que el ser humano tiene una dignidad que debe ser respetada desde que es concebido hasta su muerte natural. La cultura de la muerte no puede imponerse, aunque tenga muchos promotores y aplaudidores. La cultura de la muerte sólo nos lastima y nos denigra”.
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