POR SI MISMOS, poco a poco, los principios de la cuarta transformación, están cayendo estrepitosamente.

El presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ya no puede sostener lo que él considera un nuevo sistema político, fincado en la honestidad, ni tampoco en el manejo de la influencia política, no tan solo de él mismo, sino de todo su equipo de colaboradores.

Se revela, de la misma manera, que el sistema político en México, sigue siendo el mismo de antes, con los mismos vicios y quizá, evidentemente multiplicados, bajo una bandera política de anticorrupción que no ha logrado concretarse, porque no están puestas, aún, las bases fundamentales de un proceso de cambio verdadero.

Para el presidente de la república, este es un momento de crisis política que ningún mandatario nacional, la tuvo, cuando menos, en las recientes décadas, menos que las hubieran propiciado desde el mismo interior de su administración o del nuevo orden político que supuestamente ha querido imponer, sin darse cuenta que está rodeado de humanos, con sus propias formas de pensar y de actuar.

López Obrador, está consciente que antes de su final, en el sexenio que le toca gobernar, podría darse el mayor de los fracasos gubernamentales. No tiene plena seguridad de que las cosas estén funcionando bien y que sus proyectos carecen, de la misma manera, de la suficiente fuerza necesaria para poder trascender.

La estructura de su gobierno, está, prácticamente vulnerada por la corrupción, la cual viene desde el centro de su propia familia, siguiendo, consecuentemente, en el mismo equipo de colaboradores, donde cada uno está aprovechando la oportunidad para enriquecerse a costa de los recursos del pueblo mexicano, ese pueblo bueno al cual diariamente defiende en aras de su propia popularidad. La corrupción le ha ganado la partida y para que todo tenga elementos suficientes, viene desde el centro mismo de su propia familia.

El nepotismo se ha apoderado de todas las áreas de la administración, donde se encuentran colocadas la mayor parte de las familias de cada uno de los funcionarios de su administración. Ahí está el caso de la propia senadora Olga Sánchez Cordero, quien fuera, antes, secretaria de gobernación.

A estas alturas de su administración, López Obrador, parece estar vencido.

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COBRA VIGENCIA LA REVOCACIÓN DE MANDATO.

TAL VEZ, NADIE le había dado la importancia que tiene el proceso de revocación de mandato, hasta ahora, cuando el panorama político del presidente de la república, parece haber cambiado. Su popularidad, hasta ahora no medida con el efecto de los más recientes acontecimientos, seguramente que debe estar bajando considerablemente, lo que podría ser un verdadero peligro para la celebración de esta consulta popular, citada para el próximo diez de abril.

El mismo presidente de la república, así como sus múltiples seguidores, estaban seguros de que cualquier consulta hecha al pueblo, les beneficiaría, porque tenían todo a su favor, incluyendo, los programas sociales, base fundamental de esa popularidad. Sin embargo, ahora, esa seguridad pudiera haberse detenido en virtud de que ya no saben, con exactitud, lo que verdaderamente esté pensando el pueblo.

López Obrador, debe estar analizando profundamente esta situación, porque los sucesos de los últimos días, no tan solo en su gobierno de carácter federal, sino en algunas entidades del país, como es el caso del propio Estado de Veracruz, pudieran están incidiendo, desde este momento, para un posible revés en la próxima consulta de revocación de mandato.

No se cree que se llegue al punto de tener un verdadero resultado totalmente adverso, pero sí podría constituir un serio susto que podría definir, para el dos mil veinticuatro, la verdadera situación político electoral en el país.

Tal y como siempre lo ha manejado, para el presidente, ya no son las cosas como antes, pues a partir del dos mil dieciocho, las condiciones políticas cambiaron, y aunque poco se tenga creencia de la reflexión, entre los mexicanos, ya se hace un alto para analizar con precisión lo que está pasando.

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LA OPOSICIÓN, LISTA PARA APROVECHAR ESTE MOMENTO.

ANTE LA POSIBLE DEBACLE de los gobiernos de la cuarta transformación, la oposición, seguramente, ya está lista para aprovechar este momento de vulnerabilidad del gran poder de morena, y de su principal efecto político, que es, sin duda, el propio presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.

El escenario político se recompone y las fuerzas opositoras al actual gobierno, comenzarán a avanzar significativamente, siempre y cuando tengan la visión suficiente para aprovechar las circunstancias que rodean en este momento a los gobiernos de este proyecto político. Independientemente de lo que suceda con el proceso de revocación, a la oposición le ha venido este momento de descalificación del gobierno, como anillo al dedo.

La cuarta transformación ha sido herida en su propio centro y tardará mucho tiempo para poder reponerse, al grado de qué en este momento, aquellos que no son ni han sido puros en el corazón de morena, pudieran estar pensando en huir discretamente de sus filas.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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