Si no es aprobada la reforma electoral enviada por López Obrador, ello constituirá un descalabro más para él. Y si la aprueban, se fortalecerá y su candidato o candidata arrasará en la elección presidencial.
Así, ni todo es negativo ni todo positivo. Esperemos las elecciones de los gobernadores de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.
Hasta ahora las encuestas pronostican triunfos de MORENA en más de tres estados y, en una de esas, en los seis, ya sea por los programas sociales o por la popularidad de AMLO y de los candidatos.
Los partidos de oposición no despiertan de su letargo y reaccionan al son que les marca la agenda que impone todos los días el presidente desde las conferencias mañaneras.
Los medios de comunicación le siguen el juego al comentar largo y tendido cuanta declaración lanza AMLO, sean insultos o ataques a enemigos reales o inventados y cualquier ocurrencia, en vez de resaltar lo relevante e ignorar trivialidades.
Es inconcebible que se burle y agreda a opositores y periodistas y éstos todavía repitan públicamente las ofensas decretadas desde el solio del poder contra ellos mismos.
Visto así, no es culpa del indio sino de quienes le hacen el caldo gordo difundiendo y celebrando las filípicas presidenciales contra imaginarios molinos de viento.
Independientemente de si en lo general México va bien o mal con el actual gobierno, preparémonos para una eventual victoria de MORENA en 2024.
Esto sería una excelente noticia para los partidarios de Andrés Manuel López Obrador y pésima para sus adversarios. Estimados e inteligentes lectores, ¿en cuál cancha se ubican ustedes? ¿O son imparciales y no están ni con melón ni con sandía?
Yo opinaré al respecto cuando sepa quiénes serán los candidatos presidenciales. |