Y es que aprovechando que Alito no es deseado (ni respaldado por varios en su propio partido), AMLO quiso utilizar los audios para desviar un poco (o mucho), la atención sobre los asuntos en los cuales ha fracasado. “Andrés quiere a Moreno en el PRI para seguir allanándole el camino a la 4T, pero sin dejar de darle sus coscorrones por votar contra la reforma eléctrica”, me dicen.
“AMLO se divierte con él”, afirman, y más aún porque muchos priístas de alcurnia y con voz de peso no lo quieren en la silla principal del PRI. De hecho, en una reunión efectuada apenas después de la mañanera de este jueves, el presidente manifestó, (en privado), que “sentía ternura” por el viaje de Alito al extranjero.
“La gira de Alejandro a Suiza o al país que quiera no asusta a nadie aquí, mucho menos a AMLO”, afirman al interior de Palacio Nacional. Sin embargo, lo que generaría preocupación sería la llegada de un dirigente distinto a Moreno, uno que pudiera volver combativa a la alianza opositora, y sumara al PAN.
Dicen varios enterados que lo que Alejandro Moreno encontrará cuando regrese al país será, de manera llana, “un puñado de audios dosificados envueltos para regalo” donde presuntamente se le continuará escuchando. “Hay audios para rato, siempre y cuando la luz verde tabasqueña continúe encendida”. ¿Será? Ya veremos.
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