En el caso, por ejemplo, de la construcción de la Avenida Murillo Vidal, a finales del trienio de Pedro Coronel Pérez, el mérito se lo ha llevado el entonces gobernador Acosta Lagunes. Caso muy distinto al embellecimiento de la avenida Ávila Camacho y del centro de la ciudad a manos del desarrollador de Xalapa, Manuel Fernández Ávila, gran hombre; Américo Zúñiga, por su parte, realizó cientos de pequeñas e importantes obras que están a la vista, excelente. Estos son sólo ejemplos. Políticos que pasaron por la alcaldía más complicada del estado con excelente calificación y sin convertirse en piñatas de los que se dedican a golpear, desde dentro y desde afuera.
El alcalde de Xalapa, el caballeroso Ricardo Ahued Bardahuil enfrenta tremendos retos para no salir reprobado. De momento está centrado en arreglar el abandono en que se encontraba la Atenas veracruzana. Pero…
Xalapa necesita ejes viales. Ya no se puede circular. Es una catástrofe. Sería un buen punto. Difícil.
Xalapa requiere un libramiento que sea utilizado por los camiones que prefieren utilizar Lázaro Cárdenas como vía libre para ahorrarse las casetas. Se puede, de eso hablaremos en la próxima entrega. Esto sería un gran logro.
Xalapa clama por agua, mucha agua. Pero no comprada a Puebla. Aquí hay de sobra. Se necesita resolver ese añejo problema. Teniendo tanta al alcance, resulta de pueblo bananero lo de los tandeos. En zonas áridas como Monterrey lo entiendo, pero ¿Xalapa?
Xalapa merece un mejor sistema de transporte urbano y hay que poner en orden a los taxis que con o sin placas pululan por la ciudad. Hay más taxis que flores. Xalapa de los taxis.
Ricardo se enfrenta a una difícil disyuntiva: ser precandidato al gobierno cuidando el gasto y cayendo en subejercicios para los “programas sociales de Morena”, o convertirse en un gran alcalde. Para los dos casos tiene talento. Es cosa de decisión personal.
- En la próxima entrega hablaremos de lo del libramiento.
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