Apoyan a su estilo por fuera de la legalidad y en las oficinas de gobierno hay desestabilización que no desgasta la estructura del gobierno ni la trayectoria del movimiento en el poder ni la imagen de sus líderes.
La oposición antes era seria y fuerte, ahora es superficial y frágil, tanto que no ha podido destacar una sola iniciativa de ley en cuatro años. Sus críticas opacan las pocas propuestas que hacen, porque los gritos son más fuertes que las ideas.
Mientras su apatía gobierna en lugar de sus militantes, los empresarios y líderes sociales están ocupando sus lugares frente a la sociedad, y será difícil rescatar esos espacios que llenaron ante vacío que provocaba su indiferencia a la verdadera tarea de una oposición.
La oposición muestra una obsesión por quitar al actual movimiento en el poder, muy similar a la que mantenía mucha gente en vísperas de las elecciones presidenciales de 2000, querían quitar al PRI del gobierno, y una ver que lo lograron no sabían que hacer.
Los perros persiguen a las bicicletas todo el tiempo por las calles, el problema para ellos cuando las alcanzan que no saben qué hacer. Lo mismo sucedió con Fox y podría suceder lo mismo si no se pone a trabajar una oposición que tiene cada día menos lugares en el espacio político.
Los partidos han sido rebasados por la sociedad en su totalidad; sin embargo, tratándose de la oposición se muestra esto más claramente porque no han sabido canalizar el descontento social, sus posturas son muy diferentes a las que protestas sociales, ellos sólo descalifican lo que hace el gobierno, lo que quiere decir que la pauta la marca el gobierno y ellos sólo siguen gritando tras temas que impone el poder.
Una manera muy legítima de fortalecer la democracia es echando a andar la maquinaria opositora que parece cansada y moribunda.
PEGA Y CORRE
La comunidad migrante hace notar su presencia en los actos públicos en Estados Unidos. Esta vez, un joven de 33 años, de ascendencia italiana, arrojó una lata de agua mineral al senador republicano Ted Cruz, identificado con el racismo y los discursos de odio hacia los migrantes. El senador festejaba un triunfo del equipo de su estado.
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