Por eso no hay en ninguna parte del país espectaculares con su fotografía o su nombre mandados a poner por él o por sus gentes, y por eso no hay bardas que digan “Es Marcelo” aunque en este momento sea el personaje que tiene el mayor número de simpatías de sus correligionarios y de la población apartidista -que es la mayoría de los ciudadanos-.
(Hay en Xalapa, en el Fraccionamiento Monte Magno, cuando menos una casa que tiene en su pared que da a la Avenida Europa un cartel enorme con la foto de Marcelo y que lo promueve para que sea el próximo Presidente de México, pero la coordinadora del grupo mayoritario en favor de Marcelo nos explica que es la voluntad de un particular, quien de esa forma ejerce lo que es su libertad de expresión -consignada en el artículo 6º de la Constitución mexicana-, pero que de ninguna forma está patrocinado o empujado por el canciller).
¿Qué más? Pues que Ebrard Casaubon empezará una serie de visitas a todos los estados del país para dar a conocer a los ciudadanos las razones de su pretensión de ser Presidente y poder imponerle a la transformación su impronta personal, de manera que se consolide y amplíe sus consecuencias, para el bien de la nación.
“Marcelo Ebrard” -se entusiasma Janneth cuando lo dice- “ha demostrado que es quien sabrá gobernar mejor y quien podrá impulsar una administración eficiente que mejore las condiciones de bienestar de todos los mexicanos.
“Con él, la economía se consolidará, las inversiones productivas se multiplicarán, la salud de calidad podrá llegar a todos, la educación alcanzará los niveles de excelencia que le urgen al país.
“Y se atacará de frente y con resultados la inseguridad, que es el talón de Aquiles de los mexicanos de bien, que son casi todos”.
Más pronto que tarde, los veracruzanos podremos platicar con Marcelo Ebrard y escucharemos de su propia voz las buenas nuevas que quiere traer para México.
Habrá que oírlo, como escuchamos con detenimiento a Janneth Saucedo Ramírez, su digna representante en Veracruz.
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