Cualquier persona no domeñada por el fanatismo puede ver que el discurso presidencial se ha decantado hacia la intolerancia, hacia la diatriba, hacia la polarización.
Escuchar a Andrés Manuel en sus mañaneras es presenciar el espectáculo de un poderoso que ha perdido los estribos y que ha hecho que sus incondicionales y/o beneficiarios los pierdan también, y sólo atinen a la violencia y el insulto como respuesta ante cualquier propuesta de diálogo.
Cuántos luchadores sociales, cuántos intelectuales (¿inorgánicos?) que fueron cooptados por los traumas del Patriarca han perdido su capacidad de crítica y de análisis, y se han convertido en adoradores del demonio de la insidia, de la provocación de la mentira.
Las marchas ciudadanas son una acción que ejercen millones de ciudadanos para hacer oír su voz. Y sí, son millones, aunque quieran minimizarlos, restarlos, desaparecerlos.
Por eso el próximo domingo 26 de febrero la ciudadanía volverá a tomar las calles y las plazas, esas mismas que inexplicablemente AMLO piensa que son de su propiedad exclusiva.
A pesar de la propaganda en contra lanzada por el gobierno morenista a través de sus medios y de sus minoritarios Cuatro-Texto-servidores, la marcha ha seguido prendiendo en la voluntad de muchos mexicanos y por eso la convocatoria se ha extendido a más de 50 ciudades del país.
Se sabe que en muchas ciudades y pueblos de Veracruz ha cundido la convocatoria y por lo pronto se tiene información de que se cita para el domingo 26 en los siguientes lugares, todos a las 11 de la mañana.
- Veracruz-Puerto, Boca del Río y Medellín, Asta Bandera Monumental, Boulevard Manuel Ávila Camacho.
- Xalapa, Ver, Teatro del Estado.
- Misantla, Plaza de la Concordia.
- Córdoba, Parque 21 de mayo.
- Orizaba, Parque Castillo.
- Poza Rica, Parque Juárez.
- San Andrés Tuxtla, Parque Central Lerdo de Tejada.
- Tuxpan, Monumento a los Niños Héroes.
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