Son ya varias meses sin que las acciones importantes las autorice García Jiménez; tanto Cisneros como Gómez Cazarín escriben o marcan a Nahle, y sólo avisan (por cortesía), a Cuitláhuac García. “El rey ha muerto, viva el rey”, y eso que la secretaria federal aún no amarra aparecer en la boleta.
Sin embargo, varios en el propio gobierno subestiman a García Jiménez; ignoran que hay alguien que lo escucha mucho, (quizá más que a la propia Nahle). Olvidan que el hijo de Atanasio García continúa siendo el mandatario consentido de AMLO, y eso, para la forma en que se maneja el tabasqueño, cuenta más que la capacidad o carisma.
AMLO prometió a Cuitláhuac García la designación de un nombre para “la posición uno” rumbo al senado, o si las cosas no salen bien entre Nahle y Gutiérrez Luna, la selección de aquel (o aquella) que habrá de aparecer en la boleta, y que (lógicamente) no pasa por su secretario de gobierno, (y quizá sí por su titular de educación).
Del plato a la boca se cae la sopa, y aunque es un dicho harto conocido, varios (y varias) morenistas parecen no recordarlo.
Veremos quiénes se quedarán con las manos vacías.
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