La cosa para los cuitlahuistas y su líder de oropel, es hacer un escandalito que les queda como anillo al dedo porque el edificio de la Corte está justo enfrente del Palacio Nacional, y así aseguran que el Patriarca lo pueda ver en vivo y en directo.
Cree el pobre Cuitla que con eso podrá recuperar el favor perdido de su factótum y que volverá a ser tomado en cuenta y será citado nuevamente a reuniones en Palacio y AMLO va a volver a defenderlo rabiosamente y volverá a ser el más honesto de los morenistas por decreto presidencial.
Pero lleva las de perder, aunque crea que tiene la sartén por la parte que no quema. Y las lleva porque a muchos protagonistas de Morena en el ámbito nacional no les cayó nada bien su apresurada convocatoria. Mario delgado, por ejemplo, dijo algo así como de que “yo como no veracruzano, no he votado por él”. Y obviamente Ricardo Monreal aprovechó para lanzar a sus gentes a que hicieran afilados comentarios contra el Gobernador de Veracruz entre las huestes de la 4T.
Vaya, tampoco le gustó, nadita, a la corcholata de la preferencia de su soltero corazón, la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, quien le mandó a decir que no contara con apoyo de participantes acarreados desde la Ciudad de México.
Y desde el Estado de México, doña Delfina al 10% le solicitó que ya no la ayude, compadre, con ese tipo de sospechosas concentraciones, y menos con la oscura aunque notoria presencia en su campaña de sus “operadores políticos”, que le han arrimado muchas razones a la alianza de oposición para que interpongan denuncias que en una de ésas le terminan de tirar la tambaleante candidatura a la profesora.
Pero Cuitla y sus cuates, ya se sabe, con tercos hasta la ignominia.
“Primero muertos que darle la razón a otros, aunque la tengan”, es su lema de vida, y por ello se va a embrocar hasta donde les dé la cuerda.
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