Otro cualquiera en su caso se hubiera echado a llorar o habría salido corriendo, pero el legislador se quedó, fue respondiendo con sus razones a las críticas inclementes y logró dos cosas:
- Mantenerse en la charla dentro de los límites de la decencia y la urbanidad.
- Responder de tal manera que no tuvo que reconocer todas las observaciones puntuales que le fueron haciendo.
Él cree que Morena sigue siendo el partido con más votos en Veracruz y por eso ganará la elección la “ingeniero” Rocío Nahle García. Se atreve incluso a aventurar que ella obtendrá el 2 de junio de 2024 una ventaja mayor sobre Pepe Yunes que la de 200 mil votos con la que Cuitláhuac le ganó a Miguel Ángel Yunes Márquez en 2018.
Allá él.
Pero también mostró su calidad de político con buenas intenciones, honesto, preocupado en lo social. Toño Luna sigue el ejemplo paterno y trabaja en su distrito para llevar obras y recursos que le sirvan a la población y no a los intereses de unos cuantos. Sabe que lo ha hecho bien y por eso ha manifestado su intención de ser reelegido el año entrante para otros tres años como diputado.
¿La alcaldía de Emiliano Zapata? ¿La de Xalapa?, le preguntaron y dijo que no, que aunque vivió en la capital desde los dos meses de nacido, no tiene intención de buscar el Ayuntamiento ni ahora ni en lo futuro. Y de Emiliano Zapata, pues tampoco, porque le interesa más seguir ayudando desde la cámara estatal y plantear iniciativas para mejorar las leyes que nos rigen.
Con todo, Toño reconoció un error del cuitlahuismo: su alejamiento de la prensa y su mala política de comunicación. Y como salida gloriosa a su encuentro, prometió que haría lo posible porque mejorara el trato con los medios en el próximo Gobierno (si es que ganara Rocío).
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