Por eso su arribo como el más probable candidato a la gubernatura del Frente Amplio por Veracruz abrió entre los comunicadores ciertas esperanzas de una vuelta de tuerca hacia los tiempos en que la prensa era considerada por su crucial función ante la sociedad; en que era interlocutora del poder y mensajera del pueblo; en que era tratada con respeto y consideración.
El destape del diputado José Yunes Zorrilla fue una bocanada de oxígeno puro para el sector de la información, porque muchos honrados comunicadores vieron que con él llegaba la mejor oportunidad de rescatar la integridad profesional, de recuperar la dignidad amenazada, de ejercer honestamente el inefable oficio de hacer saber a los demás las cosas importantes.
Llegó Pepe y ya se están haciendo cábalas sobre quién conducirá los destinos inmediatos de la comunicación social en la campaña que se avecina, en la precampaña que ya está entre nosotros.
Se ha asentado con el educado político peroteño la posibilidad de que, después de muchos años, vuelva por fin a encabezar el área de prensa un verdadero periodista, un reportero genuino que conozca el olor de la tinta, que sepa de los desvelos y las deshoras, y que comprenda a sus iguales, ésos que tienen que hacer su trabajo en las peores condiciones, que son maltratados por las incomunicaciones de la tecnología, que saben cumplir su encomienda a pesar de todas las dificultades.
Alguien que sepa redactar un comunicado con los datos precisos y sin faltas de ortografía.
Obvio, el jefe de prensa tendrá que ser un auténtico veracruzano, nacido en estas tierras. No un jarocho hechizo, ni alguien que se sienta más veracruzano que la Bamba. Un paisano que no tenga que mentir sobre orígenes e infancias. Que sea oriundo y ya.
Tendrá que ser muy cuidadoso Pepe Yunes, él que es tan extremadamente cuidadoso, al seleccionar al campeón que llevará sobre sus hombros la responsabilidad del trato con los medios y con los columnistas y los reporteros.
Es que no es poco lo que se está jugando en esta difícil campaña en contra del poder del Estado.
Y Pepe lo sabe.
sglevet@gmail.com |
