Podrían decir que “es ocioso” dar respuesta a las barbaridades que dice todos los días el gobernador Cuitláhuac García, pero no es así. Es necesario que la opinión pública confirme que detrás de esa aparente “torpeza” en sus declaraciones, persiste una malvada intención de influir en los resultados electorales del presente año.
Eso, de lo que tanto se quejó y que utilizó como bandera de campaña, ahora lo pretende utilizar a su conveniencia.
Primero negó que hubiera cometido una violación a las leyes electorales, al subir a sus redes sociales un video “felicitando” a la ingeniera Rocío Nahle por su participación en lo que él llamó “el principal proyecto energético en Latinoamérica”, sabedor de que para ese momento ya había admitido su interés por buscar la candidatura al gobierno de Veracruz.
“Yo sostengo que no era periodo electoral, que es una senadora veracruzana: lo quieren ignorar, pero es senadora veracruzana, tiene representación popular, ganó con un millón 800 mil votos, no invité a cualquier persona”.
Pasa por alto que, aunque es -en efecto- senadora (no veracruzana), en realidad ocupó ese cargo menos de tres meses (del primero de septiembre al 27 de noviembre del 2018) y no se le puede dar ese tratamiento a una legisladora con licencia.
Pero lo más absurdo de su respuesta a la inocua medida cautelar impuesta por el OPLE (bajar de sus redes sociales un video que ya no estaba arriba), fue que otros, antes que él, hicieron lo mismo o cosas peores, y como muestra mencionó el video subido por Miguel Ángel Yunes Linares (cuando era gobernador) tachando de “viejo loco” a López Obrador, o la vez que Vicente Fox, siendo presidente de México, participó en un mitin de su partido.
No mencionó, por supuesto, todas las veces en las que López Obrador llamó desde su púlpito a “votar por la continuidad” o a “no permitir que regresen los conservadores”.
Pero ninguno de esos casos se justifica. Cuitláhuac García olvida que “mal de muchos es consuelo de tontos”.
Tampoco se vale echarle la culpa a “ustedes, los reporteros, que me preguntan y ni modo que no les conteste”.
Ha habido muchas, muchísimas preguntas que el gobernador se ha negado a responder, con más razón aquellas que lo pueden hacer caer en un delito electoral. Además, tampoco somo tan ingenuos como para no considerar que algunas de las preguntas que le hacen en realidad pueden ser “sembradas”, esto es: que le encargan a un “reportero amigo” que le den pie para hablar sobre temas electorales.
Las respuestas de Cuitláhuac García sólo dejan clara una cosa: seguirá violentando las restricciones legales en materia electoral. Él practica aquella conseja: “más vale pedir perdón, que pedir permiso”.
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Epílogo.
Una perla más de nuestro ínclito gobernador: para él una ejecución, un homicidio doloso, es equiparable a la violación de una medida cautelar impuesta por un juez. *** Desde su lógica, el asesinato de Cristian Vázquez Feria es culpa de la víctima porque “cumplía una medida cautelar de arraigo domiciliario, pero la evadió (…) Con su hermano se fue a celebrar no sé qué cosa”. *** Tal vez muchos no lo sepan, pero cuando un juez impone como medida cautelar “prisión domiciliaria”, se comisiona a custodios para que vigilen el domicilio donde se cumplirá dicha restricción. ¿Qué pasó con esos custodios? ¿Se les escapó? ¿Habrá alguna sanción para las autoridades penitenciarias? ¿Cuántos de los que deben cumplir con medidas cautelares similares pudieran hoy estar en otro sitio sin que sus custodios se enteren?
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