En la realidad, las mediciones reales daban a principios del año pasado a Rocío Nahle y a Morena una ventaja de 20 puntos sobre el frente opositor, cuando éste aún no tenía candidato.
La elección de Pepe Yunes como abanderado y la conformación de la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz le quitó cuatro puntos a la ex Secretaria de Energía. Y en la precampaña perdió otros diez, con lo que el peroteño entró a la intercampaña con sólo seis puntos de diferencia.
Pero en la intercampaña el aspirante opositor siguió remontando y la candidata oficial perdiendo, al grado que la semana pasada Pepe rebasó a Rocío y se puso cuatro puntos arriba, en un empate técnico.
Sin embargo, faltaba aún la debacle de la Casa Dorada de la Nahle, una mansión multimillonaria de su propiedad, descubierta en el exclusivo Fraccionamiento El Dorado de Boca del Río.
Y ahí se cayó definitivamente la percepción triunfalista que había venido armando Antoni Gutiérrez-Rubí, porque Yunes Zorrilla ya está dos dígitos por encima de la Nahle.
Sí, en verdad, aunque los texto-servidores de la 4TV desgañiten sus plumas publicando exactamente lo contrario, y los candidatos morenistas y los funcionarios cuitlahuistas declaren triunfalmente que van muy por delante de la alianza opositora.
La percepción no le está funcionando en Veracruz a AMLO y a Morena porque tienen una candidata que no entiende el espíritu jarocho y que no tiene esa cosa rara e imposible de inventar que es el carisma.
Por eso Pepe sigue y sigue avanzando, y Rocío ya va en caída libre.
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