Apenas en septiembre del año pasado, el gobernador Cuitláhuac García criticaba a aquellos que denunciaban la crisis de inseguridad que se vivía en la autopista Veracruz-Puebla, a la altura de las cumbres de Maltrata.
“Traen el interés de criticarnos, entonces algunos voceros de nuestros adversarios pintaron de rojo y (como) la más peligrosa del país, cuando ni siquiera (…) hay momias políticas que sólo buscan reproducir lo malo de la Cuarta Transformación para que los medios de comunicación también lo hagan”.
Días antes se habían reportado frecuentes asaltos a automovilistas en esa ruta, entre ellos un ataque al grupo musical Fuerza Régida, del que lograron huir, pero resultó muerto uno de sus escoltas.
Cuestionado sobre ese incremento de la inseguridad en aquella zona, Cuitláhuac García recurrió a su más frecuente salida: lo negó todo. Sin embargo, la mañana siguiente de sus declaraciones, su jefe López Obrador reconoció que había habido un alza en los robos.
Entonces el discurso del gobernador veracruzano cambió. Dio las gracias a las autoridades federales que “por indicaciones del presidente han reforzado la seguridad”.
El secretario de Marina, el veracruzano Rafael Ojeda, informó que se había reforzado la presencia en esa zona: “Ya estamos tomando medidas, lo mismo que hicimos en la carretera de México a Morelos y Guerrero, algo similar haremos en esa parte, mayor despliegue de efectivos, patrullas, personal, manejar incluso drones, estamos en eso”, dijo.
Pero la estrategia de enviar “por ratitos” a un importante número de elementos, no resuelve de raíz el problema. Hoy ya ni la Guardia Nacional, ni el Ejército, ni la Marina se aparecen por las cumbres de Maltrata, y las consecuencias se han hecho sentir.
La semana pasada, el 3 de abril, el obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino y otros dos sacerdotes fueron asaltados en la autopista 150D Acatzingo-Ciudad Mendoza, en los límites de Esperanza, Puebla con Maltrata, Veracruz.
Al obispo le fue robado su anillo pastoral.
“Por la parte de Las Cumbres nos detuvieron en un falso retén. Vimos a un grupo de personas armadas, algunos pudieron correr. Nos quitaron los celulares, la cartera, el reloj, el anillo episcopal”, relató el obispo.
El líder religioso pidió a las autoridades “hacer su tarea” y que apliquen “estrategias serias” porque, dijo, “es muy complicado dar abrazos cuando te tienen con los brazos levantados”.
El tema no quedó ahí. Este fin de semana todos los obispos del país, que conforman la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), señalaron que “les duele profundamente” la situación de inseguridad que se vive todos los días y pidieron a las autoridades de los tres niveles de gobierno pongan mayor atención para un libre y seguro tránsito por las carreteras nacionales.
“Nuestra solidaridad con Monseñor Eduardo Cervantes Merino, obispo de Orizaba, quien el día miércoles 3 de abril, sufrió un asalto junto con un grupo de sacerdotes que lo acompañaban en una carretera de la zona limítrofe entre Puebla y Veracruz, quienes fueron despojados violentamente de sus pertenencias, pero por gracia de Dios no fueron lastimados”, publicó el CEM.
Los obispos dijeron que pidieron a Dios que toque los corazones de toda la gente que provoca sufrimiento: “que el Señor les dé el don de la conversión y como sociedad sigamos trabajando en la reconstrucción de la paz que tanto anhelamos”.
No es que Cuitláhuac García se haya caracterizado por su fe católica, pero hasta por un cálculo político (la fuerte influencia que sigue teniendo la Iglesia Católica en el país) tendría que poner más atención en esos temas y evitar pretextos tan débiles como que “el asalto ocurrió del lado de Puebla”, como si unos metros hicieran gran diferencia.
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Epílogo.
Este domingo Pepe Yunes cerró su recorrido por el norte de la entidad, con reuniones en Poza Rica y en Vega de Alatorre. *** Ante maestros y trabajadores petroleros, Pepe Yunes destacó la trascendencia de Poza Rica como ejemplo de lo que toda ciudad tendría que llegar a ser en materia de servicios, seguridad y empleo. *** Pepe Yunes saludó los liderazgos estatales y regionales de los tres partidos que la integran e invitó a los presentes a pensar: “¿qué nos pasó en el camino, dónde perdimos el rumbo, dónde quedó el progreso que acuñó con mucho trabajo y honestidad cada familia que hoy tiene que desintegrarse con dolor, porque los hijos se van a buscar trabajo en otro estado o país?”. *** Sin embargo, dijo que hay oportunidad de corregir y recuperar la grandeza de esa tierra “y que esa grandeza se sienta todos los días en nuestra casa y en nuestra mesa, en nuestros bolsillos y en nuestros centros de trabajo”.
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