Zambrano trató de minimizar algo que ellos mismos conocen, que el “PRD no va a recibir muchos votos de la gente que apoya a su candidata presidencial Xóchitl Gálvez” pues saben que esa gente de votar, lo harán por el PAN o por el PRI.
Y tiene mucha razón.
Los números así lo confirman y así se ve el futuro perredista:
En el 2021, durante las elecciones intermedias, los mexicanos reprobaron duramente al PRD a tal grado que solo le dieron el 3.2% de los votos. Logró mantener el registro nacional por solo el 0.2% de votos.
Hoy el PRD no gobierna un solo Estado cuando hasta hace algunos años gobernaba Tlaxcala, Zacatecas, Guerrero, Michoacán, Tabasco, Chiapas, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo y Baja California Sur.
En Veracruz, el pastel de celebración por sus 35 años de vida fue la noticia de que 5 de sus alcaldes lo abandonaron y no solo eso, sino que firmaron acuerdos para apoyar la candidatura de Rocío Nahle García, postulada por el bando contrario de Morena, PT, PVEM, y FxM-V, que sumados a otros dos alcaldes que renunciaron con el mismo fin en diciembre pasado, los deja en completo estado de indefensión para el 2 de junio próximo.
Es decir, el daño, la merma en las filas de poder del PRD tan solo en unos cuantos años ha sido de 10 gubernaturas y de al menos 7 alcaldías en Veracruz en los últimos meses.
Además, no se puede olvidar el reciente cisma, división y rompimiento interno en el PRD, cuando se repartieron las candidaturas a diputados federales y senadores en la coalición “Fuerza y Corazón por México” que provocó la renuncia del exgobernador perredista de Michoacán, Silvano Aureoles, y del excoordinador de la bancada legislativa del PRD en la Cámara de Diputados, Víctor Hugo Romo y Luis Espinosa Cházaro en enero pasado, luego de 17 años de militancia y quien al acusar a Jesús Zambrano de traidor y ser la causa de que el PRD se desangre, sentenció: “No quiero estar ahí cuando entierren al PRD”.
Se dijo antes que las declaraciones del dirigente nacional del PRD fueron además dolorosos lamentos, y también lo fueron contradictorias, pues adelantó que el PRD después del 2 de junio se renovará y ofrecerá a sus militantes una nueva ruta de transformación que iniciará inmediatamente después del 2 de junio.
Pero el tema no es algo para el futuro, el peso específico tan raquítico actual del PRD no le alcanzó dentro de la coalición “Fuerza y Corazón por México” ni siquiera para llevar la mitad de las candidaturas que se agenciaron el PRI y el PAN.
Y es que el problema de fondo es que sin candidatos a diputados federales y senadores uninominales y plurinominales, no tendrá votos para conservar su registro. Los votos se dan con candidato y si no tiene suficientes, tampoco podrá conservar su registro en lo nacional y en lo estatal menos.
Es decir, el PRD no solo está muerto; ya apesta.
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