Pongo dos casos solamente como muestra.
Verónica Pulido Herrera fue una diputada local con una gran presencia en su distrito, por lo que al buscar la candidatura en el distrito federal correspondiente se le auguraba un triunfo holgado. Su buena fama y la atención permanente a sus representados la hicieron un personaje querido y reconocido en toda la zona metropolitana de Veracruz, Boca del Río, Alvarado y Medellín.
Tenía además a su favor el trabajo de Paty Lobeira como alcaldesa del Puerto, que ha permanecido pendiente de los problemas y las necesidades de los jarochos y ha obtenido el reconocimiento como una de las mejores alcaldesas del país.
Pero resulta que Beatriz Hernández Espejo, abanderada de Morena y aliados, obtuvo, de acuerdo con el PREP, 93,781 votos y Verónica apenas llegó a 53,278 sufragios, lo que significa una diferencia de 22.5%.
Obvio, el PAN porteño y la alianza han puesto el grito en el cielo porque esos números no se corresponden con la realidad que se vivió en la campaña, y esperan el conteo oficial para ver cómo queda, y si persiste la diferencia absurda procederán a hacer la impugnación necesaria.
El otro caso patético es el de Américo Zúñiga Martínez, quien hizo una campaña perfecta de 90 días, en la que caminó más de mil kilómetros y saludó de mano a más de 45 mil ciudadanas y ciudadanos.
A donde iba, Américo era recibido con entusiasmo y la gente escuchaba atentamente las propuestas que traía para mejorar la ciudad desde su trinchera en el Congreso de la Unión.
Pero ahora resulta que su oponente del partido oficial, Ana Miriam Ferráez Centeno, que fue una diputada local ausente de su distrito y que prácticamente no hizo campaña ni recorrió colonias y calles, tuvo cerca de 600 votos más que Américo, lo que sorprendió hasta a los mismos militantes de la 4T.
El conteo seguramente le dará la razón al mejor candidato, y así los xalapeños podrán tener un diputado de verdad y que asista a la Cámara y a su distrito.
No hay que ser…
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