Precisamente, el Grupo de los Diez no es una asociación que tenga estatutos, cargos, normas internas, cuotas. Hemos sido simplemente una reunión de amigos que nos juntamos cada que se puede con funcionarios o con hombres públicos o con protagonistas del hecho social para platicar con ellos y hacer lo que es la razón primigenia de nuestro oficio: preguntar.
De todas esas preguntas que hemos formulado con la más absoluta libertad, porque sabemos que la tenemos ganada, han salido innumerables notas, informaciones, comentarios, revelaciones que han nutrido nuestras plumas y que han alegrado nuestra profesión.
Inicialmente, el G-10 fue un grupo local xalapeño, pero de alguna manera extendimos nuestras fronteras cuando se integraron compañeros del Puerto de Veracruz: Esaú Valencia, Raúl Olivares, Guadalupe H. Mar, y finalmente nos volvimos internacionales -como la Sonora Santanera- cuando gustosamente entraron a formar parte Raúl Peimbert desde Houston, Sonia García desde Barcelona y Camilo González de León desde los Países Bajos.
Y logramos también cortar el Club de Tobi cuando llegaron por sus propios méritos compañeras como la mencionada Lupita Mar, Viridiana Bretón Feito, Eleaney Sesma y Noemí Valdés.
En diez años perdimos a cinco compañeros queridos: Gabriel Arellano, Alfredo Espinosa, Álvaro Belín, Miguel López Azuara y Rodolfo Soler.
En todo ese tiempo hemos sostenido más de 500 reuniones con personajes que se han atrevido a ponerse frente a una batería de experimentados reporteros que disparan a mansalva sus cuestionamientos, pero que también entienden que la función pública muchas veces es ingrata y siempre es una gran alcahueta para los espíritus débiles.
Ahora, los Diez somos 30. No caben en este espacio todos los nombres, pero sabemos que permaneceremos unidos por la amistad y por la inmensa vocación compartida que nos ha hecho lo que somos.
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