DURANTE el ejercicio desmedido del poder en el gobierno que concluye a cargo de Andrés Manuel López Obrador, se cometieron muchos errores, demasiados errores, podría decirse finalmente, que no corresponden, evidentemente, a un movimiento transformador. Se transforma sí, pero en aquellos casos en los que es necesario hacerlo con la finalidad de ir buscando la perfección en el mando constitucional, pero no en aquellos casos en que se tiene eficacia y buenos resultados. Hoy, se siente en todo el país, cierta incertidumbre de lo que sigue, es decir, los nuevos gobiernos de Morena, serán capaces de enmendar errores o seguirán cometiendo otros más para sumar a los que ya están hechos y terminar con un proyecto de gobierno que no tenga pies ni cabeza y que no facilite la convivencia nacional mediante la conciliación de intereses. México, necesita volver a la senda de la tranquilidad, de la seguridad y del estado de derecho que siempre había mantenido con esfuerzos y buena voluntad.

En el ámbito nacional, las cosas no parecen estar bien en los momentos finales de un gobierno seriamente controvertido. En los Estados gobernados por Morena, no hubo disposición de gobernar con seriedad y menos compromiso con la sociedad. En Veracruz, por ejemplo, también se concluye con una administración que no se destacó, precisamente, por cumplir con los deseos del pueblo, sino con una distancia bien marcada con el mismo. Se privilegió, por ejemplo, la corrupción en todos los niveles. Ahí está el caso de la secretaría de seguridad pública, donde todos sus elementos han sido criticados por su pésima actuación y finalmente con grandes pendientes que ahora tratan de cubrir antes de terminar su responsabilidad y ante un nuevo gobierno que parece buscará el castigo a todos estos errores cometidos en la administración de la seguridad pública. La tolerancia no fue uno de sus signos dentro de su gobierno. El nepotismo fue una de sus grandes características y la persecución también tuvo que ver dentro de este sexenio gubernamental que va rumbo al final.

Habría que señalar muchos otros casos de serios errores de gobierno que la sociedad no acompaña. Por eso es momento de pensar y quizá reflexionar profundamente en la posibilidad de que los nuevos actores políticos del país como del Estado, asuman verdaderamente su responsabilidad y no vuelvan al ejercicio de los caprichos gubernamentales que en este sexenio que concluye, se quedan como una amarga experiencia en el gobierno de la cuarta transformación.

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EL RECUENTO FINAL

AL HACERSE el recuento de las acciones de un gobierno que concluye su mandato, sea municipal, estatal o nacional, se conocen los buenos proyectos terminados y los pendientes por hacer. Lo gastado y lo que se deja como herencia de una deuda para los nuevos gobiernos que continúen administrando los activos y pasivos, así como ejerciendo el poder, donde se reconozca lo bueno y se conozca lo malo realizado. Aquí es donde se pone la atención, aunque nunca se haga nada para obligar al responsable a cumplir con su responsabilidad, pues en los casos donde se ha actuado es más que nada por venganza política y personal.

El recuento final es lo importante, porque se hace la evaluación general de un gobierno. En los actuales, tanto federal como estatal, hay muchos pendientes que necesitan ser pensados, porque dejan críticos momentos y grandes desilusiones.

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XALAPA, RECIBE A LOS ACADÉMICOS DE DERECHO ROMANO

EL PRESIDENTE MUNICIPAL, Ricardo Ahued Bardahuill, nombró huéspedes distinguidos a los académicos que celebran en esa capital veracruzana, el vigésimo primer congreso latinoamericano de derecho romano, organizado por la Universidad Veracruzana. El alcalde de Xalapa, reconoció la labor de los académicos y les agradeció haber tomando en cuenta a Xalapa para realizar su evento, constituyéndola como la ciudad de la hermanda y el trabajo. Ahued, estuvo acompañado por Alberto Reyes Islas, alcalde suplente y la síndica Cecilia Coronel.

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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.