Quizá sea producto de la emoción, del entusiasmo que ha despertado en ella su inminente asunción al cargo de gobernadora, pero pudiera estar incurriendo en algo que podría calificarse como una “pifia discursiva”.
Este jueves Rocío Nahle García se comprometió a acelerar la llamada cuarta transformación en Veracruz, pues advirtió que hace le falta “un empuje y darle dinamismo”, para que haya inversiones, trabajo, mejorar la infraestructura de caminos y carreteras, así como abatir los rezagos en materia educativa.
Resaltó, que es precisamente el rubro de educación, el que le tomará más tiempo y trabajo, pues lamentó que Veracruz ocupa el primer lugar en analfabetismo.
No lo dice por su nombre, pero al señalar los grandes retrasos que padece Veracruz en materia educativa y en infraestructura de comunicaciones, está señalando al actual gobierno. Es evidente que la próxima gobernadora no podrá achacar esos rezagos a los gobiernos que concluyeron hace ocho y seis años.
Llama la atención, además, que al destacar los problemas que padece Veracruz, no haga referencia a los graves índices de inseguridad y violencia (los reales, no el paraíso que nos pinta todos los días el gobernador).
La gobernadora electa hace referencia a la importancia que tendrán las mujeres durante su gestión, pero no menciona que Veracruz destaca entre las entidades con más feminicidios, que está decretarse por una nueva alerta de género (sería la tercera) para el estado y que, para colmo, el impulso y la protección a la mujer fueron promesas de campaña de Cuitláhuac García en el 2018, que nunca se materializaron.
Ese es uno de los retos de cualquier gobierno que enfoca su proyecto en “la continuidad” y se encuentra con una entidad devastada, con testimonios de corrupción y de desinterés en los temas más sensibles para la sociedad. De alguna manera hay que hacer notar esas fallas, para que no se las carguen a la próxima administración, pero a la vez deslindar de todo ello al “amigo”, al “aliado”. Que no se perciba que la próxima gobernadora “está barriendo para atrás”.
Veracruz pasa por uno de sus peores momentos: no genera empleo, el servicio de la deuda le explotará a la próxima administración antes de mediar el sexenio, la economía está deprimida, en gran medida debido a la falta de inversión en infraestructura.
A todo ello -y a muchos problemas más, ligados a la delincuencia y a la corrupción- es a lo que tendrá que enfrentarse el próximo gobierno. El problema es cuando no puedes alegar que quien te antecedió no hizo bien su trabajo.
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Epílogo.
Justo cuando el ambiente político estará más caliente, al finalizar el presente mes (no olvidemos que el primero de octubre asume la presidencia Claudia Sheinbaum), el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), estará entregando el Informe Ejecutivo y los Informes Individuales de la Cuenta Pública 2023. *** Son tiempos en los que los servidores públicos están más preocupados por saber a dónde van a brincar, que en rendir cuentas sobre las inconsistencias que les encontraron en las dependencias a su cargo. *** Tienen, sin embargo, una lucecita de esperanza: la Comisión de Vigilancia del Congreso local será la encargada de analizar los informes durante el mes de octubre y, para su tranquilidad, esa Comisión tiene una amplia mayoría de legisladores alineados con Morena. *** Los responsables de los entes fiscalizables han tenido oportunidad de capacitarse y dominar todos los procedimientos que deben cumplir, de manera que aquellos que resulten con observaciones y éstas impliquen daño patrimonial, deberán solventar con solidez cada tema, o de lo contrario se verán enfrentando denuncias penales. *** Están avisados.
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