Llegarán con la novedad de que tienen que pagar laudos a trabajadores que fueron despedidos sin acatar la ley laboral; adeudos a proveedores que dieron crédito de buena fe y no ven la suya para cobrar; pendientes a contratistas que presentaron facturas por obras que tal vez no existen; atrasos a empleados a los que les quedaron a deber varias prestaciones, parte del aguinaldo incluido.
Y encontrarán asimismo que en los puestos que pretendían ocupar con los miembros de su equipo están personas de la administración saliente, que no quieren soltar la silla y el sueldo, o llegaron recomendados de otras instancias del partido o del Gobierno estatal o federal, y de los otros poderes, y de padrinos civiles con influencia en el municipio.
Las autoridades municipales que entrarán con el nuevo año tienen además que contener sus ansias y sus vanidades. Porque, usted no me lo va a creer, pero hay algunas y algunos que ya se sienten poderosos y se ven riquísimos gracias al presupuesto que van a ejercer por los próximos cuatro años. Éstos ya ven con cierto desdén a sus amigos de siempre, ya no saludan igual a sus familiares, ya empiezan a tratar un poco más mal a sus empleados y colaboradores.
Para los que apenas van a ejercer el poder municipal, la mesura, la lógica y la razón aconsejan que no se suban al ladrillo; que entiendan que el poder dura muy poco y se acaba cuando menos lo sientan; que el bien que hagan pocos lo recordarán, pero el mal que propicien no será olvidado nunca por los afectados.
En verdad que es difícil ser un buen presidente del pueblo, o fácil… nada más hay que trabajar mucho, con capacidad, con honestidad y con modestia.
sglevet@gmail.com |