- No se preocupe, gobernadora, yo tengo algunos amigos en la prensa. Vamos a imponer nuestra narrativa. A todos les quedará claro que la oposición está derrotada y que están inventando una protesta social que no existe.
Más o menos en esos términos le vendieron a la gobernadora -sus “operadores”- que podían minimizar el impacto de la movilización social a la que convocó Movimiento Ciudadano (MC) en Papantla, en defensa del triunfo de su candidato, Mariano Romero.
El boletín que reprodujeron las plumas al servicio de esos “operadores” aseguraba que se trató de un “incipiente acarreo” patrocinado por el exalcalde de Tihuatlán, Gregorio “Goyo” Gómez, “un narcopolítico a quien Romero le prometió la entrega del municipio en forma incondicional”.
Con el viejo -y gastado- truco de tomar fotografías de momentos previos a que se reuniera la totalidad de los manifestantes, los “defensores del triunfo de Morena” pretendían convencer de que había sido muy poca la gente que había participado, y que, por lo tanto, se trataba de “la derrota final” de quien compitió -y ganó- con el respaldo del partido naranja.
La realidad fue muy distinta.
A pesar de que intentaron amedrentarlos con el despliegue de policías anti-motines, con todo y el bloqueo que pretendieron imponer en los caminos de acceso a la cabecera municipal (le apostaron al apoyo de los taxistas, pero éstos siguen dolidos por el maltrato que recibieron del gobierno estatal), miles de ciudadanos llegaron de las más alejadas comunidades para expresar su descontento por lo que ellos consideran “un robo” a la voluntad popular.
Los pobladores de Papantla nunca estuvieron solos. El dirigente nacional de MC, Jorge Álvarez Máynez, y el coordinador estatal de ese partido, Luis Carbonell de la Hoz, encabezaron la marcha en la que también participaron Agustín Torres, Secretario General del Comité Nacional; Benjamín Alamillo, Secretario Técnico; Sergio Gil Rullán, diputado federal; Elena Córdova Molina, diputada local, y Dante Alfonso Delgado, Presidente del Consejo Estatal de MC.
Todos ellos, además de las numerosas comitivas de las comunidades papantecas, arroparon a Mariano Romero, quien superó en las urnas al candidato de Morena, pero que, en un “recuento” amañado, le arrebataron mil votos para cambiar el resultado de la elección.
Álvarez Máynez agradeció la confianza de un pueblo valiente que eligió, con libertad y esperanza, a Mariano Romero y denunció el intento “grotesco” de Morena por robar la elección:
“Nos quieren arrebatar mil votos en Papantla para torcer la voluntad del pueblo, y no lo vamos a permitir. Ganamos con votos y vamos a defender este triunfo ciudadano hasta el final”, dijo.
Luis Carbonell de la Hoz condenó que Morena haya traicionado los principios que alguna vez defendió. Dijo que buscan consumar un fraude histórico en Papantla y Poza Rica, porque saben que han perdido el respaldo popular.
“Los 600 mil votos que confiaron en Movimiento Ciudadano prueban que Morena no es invencible, y desde Veracruz les vamos a demostrar que sí se les puede vencer en cualquier municipio, estado o distrito (…) Seguiremos luchando, presionando, tomando acciones. Porque esta voluntad no es solo de Movimiento Ciudadano ni de Mariano Romero, es de los veracruzanos que exigen gobiernos honestos y justos”.
No, definitivamente no fue una “asistencia raquítica” y tampoco fueron ciudadanos “acarreados” de otros municipios. Fueron ciudadanos decididos a defender en la calle el sentido de los votos que ellos depositaron en las urnas.
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Epílogo.
Es un tema preocupante. Sabíamos ya de las graves irregularidades que se presentaron en el “experimento” llamado “elección judicial”; conocimos estrategias tan novedosas como ilegales (los famosos “acordeones”) y la impunidad que imperó en esa práctica. *** Sin embargo, el panorama se oscurece aún más, cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha decidido hacer su propia interpretación de la competencia y desconocer triunfos legítimos de abogados que compitieron apegados a los términos de la convocatoria. *** El miércoles 30 de julio los magistrados Mónica Soto, Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón aprobaron por mayoría de votos los proyectos que resuelven los expedientes SUP-JIN-339/2025, SUP-JIN539/2025, SUP-JIN-730/2025 y SUP-JIN-817/2025. En su sentencia determinaron revocar los acuerdos emitidos por el Instituto Nacional Electoral INE/CG571/2025 y INE/CG572/2025, a fin de dejar insubsistentes las asignaciones y constancias de mayoría de los candidatos hombres ganadores y asignar el cargo a la mujer más votada en cada caso, entre otros efectos. *** Resulta escandaloso (por decir lo menos) que especialistas en el arbitraje electoral pierdan de vista que su decisión violenta las reglas previamente establecidas y, por lo tanto, les niega a los ciudadanos factores fundamentales de la democracia, como son la certeza y confianza. *** A pesar de que el INE -el órgano constitucionalmente encargado de organizar y dar certeza a los procesos electorales- condujo la elección conforme a los criterios previamente establecidos, el Tribunal Electoral pretende reinterpretar las reglas y modificar los criterios de paridad, después de que el proceso ha concluido y los resultados son del conocimiento público. *** Las reglas del juego electoral no pueden modificarse una vez que la contienda ha terminado. Hacerlo mina la confianza ciudadana y sienta un precedente peligroso.
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