El presidente de la JUCOPO también señaló que no ha recibido propuesta alguna de parte de la Gobernadora para sustituir a la actual Fiscal, como algunos aseguran.
Así que hasta el momento solo hay Reforma, pero no hay ni renuncia, ni licencia, ni propuesta.
Verónica Hernández Giadáns tiene muchos malquerientes, pero también ha tenido sus fans que piensan que ha hecho un buen trabajo en esta época de aguas turbulentas y conseguido esclarecer muchos más actos delictivos y llevado a prisión a no pocos delincuentes sin contar las ejemplares condenas de muchos, pero muchos años de prisión.
Sin embargo, más allá de esos pocos que seguramente vieron algo bueno en su actuación, al parecer la inercia de su mala comunicación y su participación directa o indirecta en infinidad de casos polémicos propios de su encargo, han hecho su permanencia complicada.
Todo es perfectible y la señora quizá ya llegó también al límite de su razonable presión, y tal vez opte por tomar un descanso y buscar mejores tiempos, aunque quienes la conocen aseguran que eso no va con ella.
Hay quienes vaticinan un oscuro político y persecución de la justicia para ella… aunque por el momento el escenario no pinta para ello.
En fin, que aunque el Profe Esteban afirme que no hay renuncia aún, eso no quiere decir que no se llegue a dar, y quien eventualmente la sustituya tendrá frente a sí un trabajo sumamente complicado y se sacará, sin duda, el tigre en la rifa.
El espíritu de la trasexenalidad del Fiscal no era malo, pero fue una idea que nació muerta
Se habla mucho de la renuncia de Verónica y de la llegada de algunos suspirantes, de los cuales han soltado sus nombres a retozar en los verdes pastos de la especulación, para ver cuál crece más.
Pero más allá de quién pueda sustituir a Hernández Giadáns el fondo es la modificación a la libertad que tengan los Fiscales de ejercer sus facultades.
Cuando se hizo el cambio en la Fiscalía para que el titular durara en su encargo 9 años, se vendió la idea como la posibilidad de que, al ser un puesto transexenal, éste tuviera la independencia necesaria para ejercer su labor sin deberle obediencia ciega al titular del Ejecutivo. Ese fue el espíritu del cambio y en papel, sonaba bien.
Sin embargo, eso ha sido letra muerta. Los propios legisladores saben que no se debe emitir una ley que no se pueda cumplir, y en realidad lo que han hecho los gobernadores es poner a su Fiscal quitando a la buena o a la mala, al que encontraron.
Esa dichosa “autonomía” jamás ha sido real y cada quien ha puesto a su Fiscal “carnal”. Ahora, la propuesta es pasar de 9 a 4 años la permanencia del Fiscal, lo que limitará por donde le quiera ver la autonomía de esa figura tan importante. Serán los gobernantes los que propondrán a los titulares y serán ellos los que podrán removerlo.
Así, hoy más que nunca vale la pena tomarse unos minutos para reflexionar y más allá de estar barajando nombres, pensar si ese cambio en el espíritu de la Ley era el necesario.
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