Ahora resulta que el Diario El Financiero es retementiroso, y que la información presentada este lunes es un infundió, seguramente el trabajo de Mario Carbonell carece de todo elemento o canon periodístico, o simplemente, el exclusivo Woodlands Country Club, en Houston, Texas, miente y la bienvenida a sus dos nuevos miembros distinguidos, es una mera coincidencia con otra pareja que apellida y llama igual que el gobernador de Veracruz y su distinguida esposa.
Aun cuando todos en Veracruz saben que el mandatario veracruzano prepara su salida, y en ella, pretende poner tierra de por medio, entre acusaciones de enriquecimiento ilícito y amenazas de que será llevado a prisión, la mentira de alguien marco la pauta informativa de este arranque de semana.
Según el Woodlands Country Club, el mandatario estatal y su esposa figuran en la lista de cinco nuevos propietarios de una membresía en este exclusivo club. Así lo muestra la revista interna de este refinado fraccionamiento –a la que el mentiroso medio nacional tuvo acceso–, y en cuya edición de julio da la “Bienvenida” a los veracruzanos, junto con los matrimonios Chandler, Linden y Nash.
Aun cuando de inmediato todo el aparato de Comunicación Social –que no institucional- operó en ese afán de continuar repitiendo más y más mentiras, la versión de su dicho desmintiendo la versión periodista engendró más dudas que respuestas.
Y es que el mandatario veracruzano exhibió en las redes sociales un recibo de la única propiedad o bien que ha adquirido durante estos últimos 12 años –si leyó bien, en los últimos 12 años- en los que ha estado recibiendo una remuneración por parte del estado como funcionario público.
¡Increíble! O a caso ¿no lo considera así?
Dice el aún titular del Ejecutivo a través de su red social en Twitter “He sido reiterativo y lo vuelvo a ser, ni mi esposa ni yo tenemos propiedad alguna en el extranjero, no tengo ni he tenido prestanombres. La única propiedad que he comprado con el dinero ganado por mi salario es una acción en un club deportivo, quien diga lo contrario miente”, afirmó en dos menajes escritos la mañana de este lunes, todo lo demás son puras mentiras, diría la canción.
Aunado a este escenario de falsedades, los veracruzanos debemos de seguir cuestionándonos porque no le creemos al gobernador Duarte, si todo cuanto dice y hace es verdad.
A menos que alguien más nos pretenda engañar, porque entonces invenciones son la crisis financiera que atraviesa la entidad con un monto que oscila en los casi 150 mil millones de pesos, como ficción deben ser los casi 50 mil millones de pesos observados por la Auditoria Superior de la Federación (ASF), como también han de estar falseando las calificadoras RH Raitings y Moody’s que adelantan un escenario de quiebra inminente y un riesgo de paralización financiera del estado.
Mucho más apariencias deben ser, las que nuestros diputados locales, apuntan en su cartita al gran Rey Mago, Enrique Peña Nieto, a quien le piden, le llame al gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, para que le baje dos rayitas a sus aceleres y ya no los hostigue más, pues ellos se han conducido con una tan alta probidad que son incapaces de si quiera haber dañado jamás y nunca el patrimonio de los casi ocho millones de veracruzanos, esas, son puras quimeras.
Como falso han de ser, las versiones dadas por el director del Centro de Rehabilitación e Integración Infantil Teletón de Poza Rica, Ángel René Zavaleta Mota, quien acusa que el gobierno estatal incumplió un convenio signado desde 2009 con la Fundación Teletón para la operación de dicho centro en donde hasta la fecha se han atendido a poco más de dos mil 500 menores y sus familias y en donde por chismosos que son dicen que les deben 108 millones de pesos que no se cubren desde 2013.
Así el maravilloso mundo de disimulos de Veracruz, ese en donde todo es ficción, donde todo es fantasía, porque si realmente confiamos en nuestras autoridades, ¡Veracruz ya cambio! … o ¿acaso eso también es una mentira?
Al tiempo.
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