Pero ¿Cuál es el fenómeno o factor principal de este problema? la respuesta es simple, “Corrupción”.
La crisis institucional de Veracruz, se centra en precisamente atribuirle a la actual administración un sin número de casos de soborno, peculado o desvío de recursos, tráfico de influencia, abuso de funciones, enriquecimiento oculto, obstrucción de la justicia, colusión, uso ilegal de información confidencial, nepotismo, y conspiración para cometer actos de corrupción.
Al menos 10 tipos de corrupción tipificados por los propios investigadores del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) y que demuestran que el tema al que nos enfrentamos como sociedad va más allá del castigo ejemplar para quienes literalmente saquearon al estado.
Los datos aportados por el economista Hilario Barcelata en su más reciente entrega confirmarán la realidad sabida por todos, en el sentido que la deuda de Veracruz alcanza ya los 170 mil millones de pesos.
Pero vayamos a fondo en el tema, asegura la María Amparo Casar en su obra “México: Anatomía de la Corrupción que en primer lugar porque la corrupción engloba numerosas conductas siempre enunciadas, pero casi nunca bien definidas y tipificadas en la ley. Segundo, porque siendo conductas apartadas de la ley y merecedoras de un castigo, se practican a la sombra o de manera clandestina. Los que la ejercen de manera cotidiana o los que la cultivan como forma de vida intentan ocultar sus huellas y desaparecer el cuerpo del delito.
La definición más aceptada por su sencillez y precisión es la adoptada por la organización Transparencia Internacional: el abuso del poder público para beneficio privado.
Y sí, la definición recoge la esencia de la corrupción, pero no el numeroso conjunto de conductas que engloba: la taxativa de la corrupción. Es probable que la mayoría de las personas reconozcan de inmediato un acto que puede ser calificado como corrupción, pero son tantos los comportamientos que encierra el concepto que a la hora de estar ante la autoridad judicial la interpretación de si la conducta en cuestión constituye o no un abuso del poder público para beneficio privado, puede ser elusiva.
De aquí la importancia de que el marco jurídico tipifique con precisión las conductas delictivas.
Lo señalado este miércoles por la Unidad de Investigaciones de Aristegui Noticias, confirma lo que ya el propio gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares se ha cansado de repetir hasta la saciedad, “A Veracruz lo saqueo una banda de ladrones”.
Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública del Gobernador de Veracruz, Javier Duarte, y su esposa son propietarios de cinco residencias en el complejo The Woodlands, en el estado de Texas, Estados Unidos, valuadas en total por 2.4 millones de dólares, según registros oficiales.
Las propiedades comenzaron a ser adquiridas entre agosto de 2012, un año después de que Bermúdez Zurita fue nombrado como jefe policiaco, y abril del presente año.
De acuerdo con documentos públicos del Registro de la Propiedad del Condado de Harris, en Texas, Bermúdez Zurita tiene dos residencias a su nombre, una valuada en 344 mil dólares y otra en 440 mil dólares.
Bermúdez Zurita adquirió otra propiedad a través de una carta poder que entregó a su esposa, Sofía Lizbeth Mendoza Hernández, valuada en 314 mil dólares.
Por su parte, Mendoza Hernández, quien es presidenta del patronato “Unidos por Ti”, del Voluntariado de la SSP veracruzana, adquirió otras dos casas: una, por 890 mil dólares, y otra por 528 mil dólares.
La propiedad de 890 mil dólares tiene chimenea y 11 piezas, de las que 5 son recámaras; además que cuenta con 4 y medio baños.
Confirmado por este reportero, funcionarios como Harry Grappa Guzmán, Vicente Benítez, Edgar Spinoso Carrera, Tarek Abdala, han acaudalado fortunas que literalmente dejarían frío a personajes que por generaciones y a base de esfuerzo y trabajo lograron amasar sus fortunas, y que ahora pasan a engrosan la larga lista de personajes que fuera del país y del Estado acaparan los recursos de todos los veracruzanos.
Ahora nos preguntamos, si tras estos señalamientos periodísticos que siguen y siguen fluyendo, las autoridades estatales seguirán repitiendo la doctrina nazi de Joseph Goebbels que afirmaba “más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil.”
La verdad está ahí; la verdad, no los hará libres; la verdad los incrimina.
Ahora quedará la pregunta ¿acaso es el gobierno Duartista, el gobierno con más mala suerte de toda la historia de la humanidad?
La respuesta es no.
Mientras la sociedad los seguirá observando a la espera de ver llegar la justicia, no por venganza, no por escarnio, sino por el simple hecho de hacer valer la ley.
Veracruz, tan lejos de Dios y tan lleno de corrupción.
Al tiempo.
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