Si la intensión del actual gobierno o de quienes se dicen priistas y proponen esta propuesta es condenar a la extinción al instituto político, créanme que lo están logrando. Pero vayamos, por partes.
¿Quién es el “Fofo” Ramírez?
El columnista Ricardo Monlui Cabrera a través de su prestigiada columna Crisol, lo describe así, “conocido como “El Fofo”, el diputado local por La Antigua, Adolfo Ramírez Arana, pretende ahora erigirse como líder de los campesinos veracruzanos, dejando en claro que su ambición lo convierte en “toma-todo “de todas quiere todas, y se le califica como seudo campesino. Sus padres sabemos son ganaderos, pero el solo conoce la leche en vaso o en Choco Milk.”
Les recuerdo que Ramírez Arana, gracias a las buenas relaciones con la señora Rosa Borunda de Herrera, logró avanzar en política de la noche a la mañana, al grado de imponer a su esposa Ana Rosa Valdés Salazar, como presidenta municipal de Paso de Ovejas.
O sea, ha logrado ser medio cacique el legislador, dejo la alcaldía de Paso de Ovejas que presidia a su esposa, como una herencia familiar si a su esposa.
¡Qué huevos...! Y no es avicultor.
Así pretendió en el 2015 llegar a la dirigencia de la CNC, para reafirmar su posición de campesino de “mentiritas”, pues jamás ha siquiera un azadón para trabajar en el campo, pero la cosa es hacerle al cuento, y venderle esa mentira al primer incauto que se les atraviese –aun cuando se trate del senador José Francisco Yunes Zorrilla-.
Pero analicemos a fondo quien es el famoso “Fofo”, casado con Ana Rosa Valdés Salazar es de esos matrimonios altamente envidiables, no por otra cosa sino por la escalada de prosperidad económica que han consumado en tan poco tiempo. Son, por decir lo menos, los dueños de Tolome, una comunidad perteneciente al municipio Paso de Ovejas.
Dicen los habitantes de Paso de Ovejas que su tropical historia fue más o menos así.
Aseguran quienes le conocieron que el “Fofo” rondaba casi la mayoría de edad, cuando expresó y mostró sus primeras inquietudes políticas y pensó en el PRI. Advierten algunos que este si pintó paredes en campaña y acarreaba electores durante las votaciones. Era, pues, el típico chamaco gustoso de aprender las peores prácticas del priismo.
Pronto se convirtió en presidente del Frente Juvenil Revolucionario de ese partido, cargo con el que vinieron los primeros excesos de poder.
Por aquellos años acostumbraba la bebida sin control, tal vez como cualquier muchacho de esa edad, solo que él gozaba de provocar escándalos en los centros nocturnos.
Uno de esos capítulos lo llevó hasta el Ministerio Público en donde lo retrataron por la denuncia interpuesta en su contra por lesionar a otro parroquiano afuera de un antro de Xalapa.
Un año antes de la campaña de Javier Duarte para la Gubernatura, Ramírez Arana levantó una asociación juvenil priista bajo las siglas de AJUA, con la que endulzó el oído al entonces candidato.
Por aquel tiempo Ana Rosa Valdés, ya convertida en esposa del “Fofito” (su mote de borracheras), se desempeñaba como secretaria de Servicios Administrativos y Financieros de la LXI Legislatura (2007-2010).
Es desde esa posición señalada por desviar recursos para AJUA, la asociación partidista de Ramírez Arana con la que se perfiló como candidato a la Alcaldía de Paso de Ovejas.
Para Adolfo Ramírez no fue complicado ganar aquella elección. Asumió la Presidencia Municipal cuando estaba por cumplir los 30 años y de manera natural Ana Rosa Valdés se convirtió en la presidenta del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Dicen que el resultado obtenido, fue para ellos, como ganarse la lotería. Él se mantuvo en los temas políticos del municipio; ella encargada de la asistencia social.
El capítulo más complicado para el matrimonio Ramírez-Valdés ocurrió el 20 de octubre de 2011 cuando en la cabecera municipal de Paso de Ovejas sujetos armados asesinaron a 11 personas, al menos cinco de éstas familiares de Adolfo Ramírez que fueron sacados de sus viviendas.
Para los grupos delictivos que operaban en esa región la familia del alcalde se había convertido en un botín atractivo, pues todos en ese municipio sabían del abultado patrimonio del que se habían hecho, sobre todo en la comunidad Tolome, en donde aún organizan fiestas casi patronales a menudo, se embolsaron miles de pesos.
Ya para 2013, sin acabar su periodo constitucional, Ramírez Arana solicitó licencia a la Alcaldía y comenzó su campaña a la Diputación local por el Distrito de La Antigua.
Lo mismo ocurrió con Ana Rosa Valdés, quien aprovechó la posición en el organismo asistencial para ganar simpatías y así se convirtió en candidata a la Presidencia Municipal. Ambos ganaron sus elecciones.
Lo que ocurrió en los siguientes tres años todos lo conocen. Ramírez Arana ha sido un gris legislador, servil y bajo señalamientos serios de realizar negocios al amparo de las Comisiones que encabeza. Cabe recordar que durante esta legislatura fue aporreado por su iniciativa de Reglamento de Tránsito y Seguridad Vial que contemplaba multas hasta por traer un coche “chatarra”, la que no le alcanzó para más.
Así el contubernio Ramírez –Valdés, a través de Ana Rosa continúo su gobierno al frente de la Alcaldía, en donde tuvo más desatinos que buenos resultados. La cauda de múltiples escándalos por abuso de poder, como el de intentar adueñarse de la casa de Guadalupe Victoria, un inmueble histórico ubicado frente al Palacio Municipal en Paso de Ovejas, conocido entre los pobladores como Los Portales. Quizá para emular al presidente Peña Nieto el matrimonio deseaba esa propiedad para convertirla en su “Casa Blanca”.
El 3 de marzo solicitó licencia para separarse de su encargo como alcaldesa, y se registró como candidata a la Diputación local que finalmente consiguió por el Distrito de Emiliano Zapata, recibiendo el premio a una meteórica y patética carrera política que los volvió a colocar en su sitio; aun cuando ahora pretende nuevamente el “Fofo” llegar a la dirigencia estatal del PRI.
Solo para el anecdotario, unos días antes de dejar la presidencia municipal, la Valdés requirió un empréstito a Banobras por 12 millones de pesos que fue avalado por el Congreso local —donde lamentablemente aun despacha su marido—, con los que concluiría obras pendientes de su gobierno, los cuales se desconoce si se aplicaron o no.
Ahora es momento de cuestionarnos ¿debe el PRI apostar por personajes como estos?, ¿hasta cuándo entenderán los priistas que deben volver a sus orígenes?, y tomar en consideración a la militancia de verdad, a esa que suda y respira al priismo.
La pregunta será ¿Por qué no nominar a la presidencia del PRI a personajes como el famoso Rafael “El Loco” Ochoa? Seguramente muchísimos mejores resultados obtendrían, si tan solo comparasen sus currículos, al menos Ochoa, consta que ha sido priista de hueso colorado, al “Fofo” solo se le recuerda por su patético paso por la dirigencia juvenil del PRI, su gris alcaldía y su entierro legislativo.
Esperemos que el presidente Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza ponga orden de inmediato, porque parece que lo que se pretende lograr es enterrar al PRI para siempre.
Al tiempo.
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