De antemano me manifiesto respetuosa de esas preferencias sexuales. No concibo el acoso, el señalamiento, la discriminación ni la segregación de esas personas, que en muchos casos son valiosas por sus capacidades y destrezas, por lo que merecen el respeto de toda la gente.
Solo es cuestión de ver las cosas desde el punto de vista legal más elemental y a partir de ahí ajustarnos a lo que establece el derecho.
El artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice muy claro lo siguiente:
Artículo 1º. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Ahí mismo, casi al final de este artículo, dice lo siguiente “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.
Tal vez la discusión vale la pena, porque el criterio está muy dividido y esas diferencias se van a polarizar, cuando en las dirigencias de los partidos políticos salgan a relucir algunos casos que se mantienen en el anonimato pero que es del dominio público y entonces se van a poner peor las cosas.
Dice Juan Gabriel que hay funcionarios del PAN que son gays
Dice el regidor perredista del municipio de Veracruz, Juan Gabriel Montes de Oca, que el Partido Acción Nacional se debe abrir al diálogo, en torno al tema de la aprobación de matrimonios igualitarios, porque aseguró que hay funcionarios públicos gays emanados del PAN.
Aunque no precisó nombres y apellidos, fue directo al hacer ese señalamiento de sus “hermanos” políticos, por aquello de la alianza entre PAN y PRD.
Pero fue honesto al reconocer que si existe esa discriminación hacia los elementos que pertenecen a la comunidad lésbico gay, por lo que insistió, que el PAN este tema lo asuma con mucha responsabilidad y poder debatirlo no tan solo con el PRD, sino con toda la sociedad.
Precisó: “En el Partido Acción Nacional hay integrantes de la comunidad de la diversidad sexual en sus filas, que incluso tienen cargos de elección popular y en ese tenor ellos no pueden estar a ojos cerrados en un tema tan delicado y tan sensible”.
Por supuesto que la condición lésbico-gay se hace presente en cualquier lugar, en cualquier familia, por más adinerada y culta que esta sea, puede darse el caso que una persona viva con esas tendencias, y ahí que se puede hacer, nada, solo tener capacidad para entenderlos y comprenderlos.
Es un problema que viven algunos seres humanos desde niños
En un programa de radio escuché una entrevista muy humana que le hicieron a un travesti que parecía todo lleno de alegría, porque hay que decirlo, son muy ocurrentes y espontáneos, pero cuando narró su niñez seguramente nos hizo reflexionar a todos los radioescuchas y a los que lo conocíamos, porque expuso todo el sufrimiento que tuvo que pasar por tener esa condición.
El primer rechazo que tuvo fue el de su padre, que sintiéndose muy machote no aceptaba que el niño de finos modales tuviera ese comportamiento; lo castigó de muchas formas e incluso lo golpeó para que abandonara esa actitud, pero nada se podía hacer, hasta que creció, se puso a trabajar y se hizo independiente.
El sufrimiento solo lo compartía con su mamá, que era la única que lo entendía.
No sabía por qué, pero sus tendencias desde que era inocente de pensamiento, así se desarrollaron. Jugaba con muñecas, le pintaba las uñas a su perrita, la peinaba y le costaba mucho cargar cosas pesadas o ser objeto de juegos rudos.
Después vino el bullyng escolar y el rechazo de la sociedad más adelante, pero se fue adaptando y acomodándose en los trabajos que obtuvo para que lo aceptaran.
Algo pasa en la naturaleza, pero sus rasgos faciales eran de mujer bonita, sus manos delicadas, sus piernas bien formadas y lo único que nunca le cambió fue la voz, la tenía gruesa y eso lo delataba.
El tema es muy amplio y se podría escribir un libro, como seguramente ya lo han escrito, pero no es lo mismo hacerse el puritano a vivir en carne propia esa condición, que entiendo es involuntaria.
Hubo marchas, pero las redes sociales cumplieron su función a favor
Solo es cuestión de respeto y entendimiento de lo que realmente viven otras personas, que pueden ser científicos, artistas, literatos, o desempeñar cualquier otra actividad técnica o profesional.
Tal vez la iniciativa que puso en alerta a la sociedad y sobre todo a la iglesia católica, fue que ahí se incluye junto con el matrimonio igualitario, la adopción de menores entre parejas homosexuales y la enseñanza de la “ideología de género” en las escuelas públicas.
El debate se tendrá que continuar y hacer alguna reconsideración de esa propuesta para eliminar alguno de esos conceptos que podrían ser exagerados también a los ojos de muchos.
Solo le quiero dejar el dato de que fueron miles de personas las que marcharon en Aguas Calientes, Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Jalisco, Guanajuato, Hidalgo, estado de México, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, para mostrar su apoyo a la familia tradicional y exigir la derogación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Dicen los que hacen estas evaluaciones, que tan solo en el estado de Jalisco movieron cerca de 250 mil personas, que se me hace muy exagerado, pero así lo consignaron algunos medios que obtuvieron la información de los organizadores, que hicieron la suma de los municipios de Guadalajara, Ocotlán, La Barca, Puerto Vallarta, Autlán, Lagos de Moreno, Ojuelos y Villa Hidalgo.
Todo puede ser pero hay que interpretar ese artículo 1 de la Constitución y a partir de ahí tomar nuestras decisiones.
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