De ningún modo fue coincidencia. Este lunes estuvieron en dos puntos neurálgicos de Veracruz, por separado, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el Dirigente Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza; el hidalguense en Coatzacoalcos, y el de Michoacán, en Xalapa. Vinieron, me dicen ellos mismos, a buscar subsanar, en lo posible, el desastre que dejó Javier Duarte.
La intención de las dos visitas fue trabajar de manera simultánea, coordinadamente, en dos frentes donde los veracruzanos observan debilidad del PRI Estatal, misma que se pasó a traer al CEN, y por supuesto, a la Federación, en su versión de "partido en el poder", y no de Gobierno.
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Se me informa que tanto Ochoa, en la capital veracruzana, como Osorio en el sur de Veracruz, empezaron lo que ya se conoce como "operación cicatriz", o dicho de otra manera, "misión antiduarte". Por eso no mandaron representantes, por eso los dos vinieron personalmente, porque Veracruz requiere atención quirúrgica de primera mano.
De haber estado Duarte aún despachando como Gobernador, ni Ochoa ni Osorio habrían venido a Veracruz; trabajarían a distancia, de manera seria, pero de "lejitos"; la presencia física de los dos altos mandos se dio porque ya no hay un "Javier" como Ejecutivo.
Miguel Osorio anunció, en pocas palabras y sin maquillaje, que la Secretaría de Marina se hará cargo de la seguridad en el sur de Veracruz. Lo suavizó "tantito" diciendo las palabras mágicas de "coordinar esfuerzos", pero en términos llanos, la Federación se hará cargo de Coatzacoalcos y áreas circundantes. Lo dijo muy fuerte el segundo al mando en el País.
En reunión privada con columnistas, Enrique Ochoa nos dejó clara su indignación, sin tapujos, ante las cada vez más evidentes oscuridades que alimentan el expediente contra Javier Duarte. Mínimo cada semana aparece una nueva travesura, suya o de sus más cercanos, incluyendo familiares.
Ochoa vino a intentar recomponer el PRI Estatal; confesó que llevará tiempo, quizá más de un año, la herida es real, pero espera mostrar avances para el 2018; fue cuidadoso, escogió las palabras para decirlo. Osorio vino a operar en suelo veracruzano sólo porque Duarte pidió licencia. ¿Qué habría pasado si el cordobés se hubiera ido antes de las elecciones? Quizá lo mismo... o igual y no.
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