La atención mediática ha estado centrada hasta ahora en Duarte, ex colaboradores y cercanos suyos y diputados federales que tuvieron algún cargo, pero han dejado de lado a muchos otros, bastantes todavía en el gobierno, que participaron en el entramado de su ex jefe o que viendo como el ex gobernador robaba de lo lindo, por su cuenta y riesgo se zambulleron también en la alberca de la corrupción y nadaron y nadaron a gusto y hoy poseen lujosas residencias, vehículos costosos de lujo, bienes muebles e inmuebles, etcétera.
Y era tanta su ostentación que molestaban a todos los empleados que viven de lo que ganan, que muchos de ellos, me lo han dicho, serán los primeros en dar un paso al frente para decir a los auditores quiénes eran los que robaban o cobraban jugosos salarios sin trabajar, o quién tiene tal o cual mansión o propiedades u otros patrimonios adquiridos con los recursos públicos de los que abusaron.
Pero hasta donde sé, aun antes de que inicien las auditorías, el gobernador electo tiene detectadas ya muchas áreas donde campeó la corrupción y ubicados a los responsables, de todos los niveles. Si encueró a Duarte con todo y su fino y costoso andamiaje que se construyó para que no le detectaran sus pillerías, no le va a costar nada hacerlo con los ratones de menor nivel.
Pero por si eso fuera poco, también, dentro de semana y media cuando entre en funciones la nueva Legislatura, los diputados panistas, los más numerosos, irán cerrando la pinza para denunciar e iniciar investigaciones sobre muchos casos posibles constitutivos de delitos. Habrá mucho de qué comentar.
Sólo Trump frenaría el apoyo a Veracruz
Ya narré que a finales de 2015, en la Ciudad de México tuve información directa de que había voces que pedían al Presidente que sacara de la gubernatura a Javier Duarte de Ochoa aprovechando que ya había rendido su quinto informe de gobierno.
Eran voces interesadas: Manlio Fabio Beltrones, Luis Videgaray Caso y Miguel Ángel Osorio Chong, porque desde entonces y desde antes veían venir la derrota electoral si continuaba Duarte en el gobierno. Estaban en lo cierto. Peña Nieto no los escuchó y el resultado ya se sabe.
En la capital del país supe que había constante cabildeo entre los tres personajes preocupados por la situación de Veracruz. La información que tenían era alarmante y cada quien exponía lo que sabía.
Videgaray comentaba que la situación financiera del gobierno de Duarte era un verdadero galimatías y que por más que le buscaban salida no le encontraban la cuadratura al círculo; que ya a todos los demás estados con gobernadores irresponsables como el de Veracruz habían logrado cuadrar sus deudas, pero que no podían hacerlo con el nuestro.
Una cosa era evidente desde entonces: le tenían total desconfianza a Duarte y habían decidido no soltarle un quinto más hasta que no justificara el destino de todo lo que le habían dado y que no aparecía por ningún lado. Y decidieron ahogarlo y prácticamente lo lograron, aunque las consecuencias golpearon a todos los veracruzanos.
Traigo a colación esto porque muerto el perro se acabó la rabia, esto es, fuera ya del gobierno Duarte, la administración federal cambió de actitud y se dispone a acudir en apoyo de los gobernadores saliente y entrante, Flavino Ríos Alvarado y Miguel Ángel Yunes Linares, uno priista el otro panista.
El lunes, Flavino declaró que un monto comprometido de 11 mil millones de pesos no se trata de una nueva deuda sino de un respaldo concreto del gobierno federal con cargo a las participaciones federales de 2017 para que haya solvencia a fin de hacer frente a los compromisos de fin de año.
Especificó que de esa cantidad a su gobierno le tocarían 5 mil y al de su sucesor el resto, o sea 6 mil millones, de los cuales 3 mil se los darían para cubrir los compromisos de octubre y 2 mil para los de noviembre. Entre los 6 mil restantes estarían incluidos los pagos de las dos quincenas de diciembre y el aguinaldo para los trabajadores del gobierno estatal. En todos los casos estaría contemplado el pago a jubilados y pensionados.
Pero el apoyo se ofreció, aunque no ha llegado todavía. Se confía en que el gobierno federal cumplirá en tiempo y forma. Hay que encender veladoras y pedir que no haya contratiempos ni marcha atrás. Que se sepa, el único motivo ahora que podría poner un freno o un retraso es que la administración federal sufriera un colapso económico, como por ejemplo que dentro de 13 días ganara Donald Trump la presidencia de Estados Unidos y el dólar se fuera por las nubes y nuestra moneda se depreciara significativamente. Quién lo iba a creer. Primero Duarte y ahora hasta Trump nos amenaza. Por lo pronto, Flavino insiste en que ya, ya, ya.
Pero, ¿Ríos Alvarado enemigo de Duarte y amigo de Miguel Ángel? Ha sido muy claro. Cuando hoy todos niegan a Javier ha declarado repetidamente que es su amigo pero que no mete las manos por él. Yunes Linares, por su parte, lo ha hecho objeto de críticas y señalamientos.
No obstante, Flavino tomó una decisión impopular pero responsable: el pasado viernes mediante decreto echó abajo la basificación de trabajadores que pretendía Duarte y a la cual se opuso siempre Miguel Ángel. Lo hizo, dijo, en atención a la situación financiera que enfrenta el estado. Así, de paso, descalificó también a los diputados locales del PRI y satélites que serviles aprobaron el capricho y desvarío del ex gobernador hoy prófugo de la justicia, porque sólo lo había pretendido hacer para reventar a Yunes cuando tomara posesión porque bien sabía que no había recursos para pagar los 120 millones de pesos que ello implicaba, aparte el pago de prestaciones pensiones incluidas.
¿Flavino traidor a Duarte e incondicional a Yunes? No lo creo. Responsable, como debe ser todo gobernante, por encima de colores, banderías, ideologías e intereses, actuando con responsabilidad y pensando en las consecuencias de una mala decisión.
¿Un hidalguense, el nuevo delegado del CEN del PRI en Veracruz?
El lunes 17, durante su visita a Xalapa, el dirigente nacional de ese partido, Enrique Ochoa Reza, recordó, y bien, al recién fallecido Jesús Medellín, quien murió con las botas puestas siendo delegado, y comentó la inminencia del nombramiento de su sucesor.
En reunión privada con 22 periodistas, dijo que no sería ningún veracruzano sino alguien ajeno a los intereses de la militancia tricolor local que reportará directamente al CEN.
Así, pues, las cosas, ¿sembrará ya el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, hidalguense, el mejor posicionado de los priistas hasta ahora para disputar la Presidencia en 2018, a un enviado suyo en Veracruz que será una verdadera cabeza de playa para su proyecto político personal de los próximos dos años?
Si se confirma que llegue un hidalguense será, lógicamente, con el aval del CEN del PRI, lo que sería ya un indicio de que el mismo Ochoa Reza trabaja para el proyecto sucesorio de Enrique Peña Nieto, sin cuyo visto bueno no se mueve ni una hoja del árbol tricolor. Por eso mismo Osorio Chong se encargaría de operar la salida de Javier Duarte, pues pesaba negativamente, tanto que provocó la derrota del PRI el pasado 5 de junio y le estorbaría para lo que viene.
A todo ello se agregaría que el mismo delegado de Gobernación en la entidad, Ángel Isaac Ochoa Pérez, muy por debajo del agua echó a andar un proyecto proselitista en todo el estado con el pretexto de lograr la unidad del PRI, y trae muy movidos a los demás delegados, lo que explica que veamos por todos lados a la de la Sedesol, Anilú Ingram Vallines, quien habría llegado al cargo por recomendación de Osorio Chong, según es fama en los mentideros políticos. |