Con los cálculos que realiza INEGI en materia de Cuentas Nacionales, el valor actual de nuestra producción industrial corresponde a lo observado en el año 2006. Gracias a los gobiernos Federal y Estatal, saltamos para atrás 10 año.
La locomotora del crecimiento y desarrollo económico de Veracruz va en reversa y en bajada, y con ello los empleos con salarios raquíticos, la pobreza generalizada, la informalidad, delincuencia y violencia son las únicas actividades que progresan.
En la anterior colaboración abordamos el tema del sector secundario, y destacamos que es la segunda actividad de importancia económica en el estado (39.9 por ciento del valor total), pero que debería ser la primera, pues tiene todos los atributos Veracruz para ser una potencia industrial en al ámbito nacional e internacional. Así también se afirmó, que antes, ahora y en lo futuro, la industria es la base del desarrollo y crecimiento económico de los países, por el alto valor agregado de sus acciones al combinar el capital, tecnología y mano de obra. Hay excepciones, como es el caso del estado de Quintana Roo, su economía se fundamenta en las actividades turísticas, las cuales cuelgan de un hilo ante las amenaza constante de los fenómenos hidrometeorológicos que cada años se presentan con mayor intensidad en nuestro país. Provocado este aceleramiento por el cambio climático, y dicho sea de paso, los veracruzanos no estamos exceptos de estos riegos de la naturaleza. Claro, como siempre, el Gobierno de Veracruz prefiere crear una burocracia parasita y corrupta (Protección Civil), en lugar de invertir en proyectos de obras de mitigación, entre las que se encuentran muros de contención, dragados, estructuras de control y bordos en ríos, reubicación de viviendas, adecuación de carreteras y puentes, reforestación en laderas y montañas. El punto de vista electorero prevalecía, distribuyendo despensas y cobijas, en lugar de invertir en obras de infraestructura, ya que el origen del recurso es federal, y es más difícil la comprobación. La actual estructura de gobierno obedece a ocurrencias y favores personales, no a la eficiencia, se necesita un barrido general.
Bueno, pero abordando el tema de la presente colaboración, el panorama es de una quiebra social y económica que afecta a nuestro estado desde hace 12 años, la cual se manifiesta en toda su crudeza en el Sector Secundario, que incluye los grandes agregados de industria extractiva, electricidad, construcción y manufacturera. Estamos enfrente de una recesión económica de proporciones mayúsculas, el valor actual de nuestra producción industrial corresponde a lo observado en el año 2006, esta caída nos proyectó a 10 años atrás. Lo antes expresado se basa en los cálculos que realiza INEGI, principalmente con los siguientes algoritmos: Indicador Mensual de la Actividad Industrial por Entidad Federativa 2003-junio 2016, Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) 2003- segundo trimestre 2016 y en la medición de Producto Interno Bruto Estatal (PIBE) 2003-2014. En el periodo del actual Gobierno Estatal en materia de crecimientos industrial, Veracruz se ubica en el lugar número 30, solo arriba de Chiapas y Campeche. Puras vergüenzas, la irritación social presente.
Del Sector en comento, la industria de la construcción es la más afectada, en el periodo antes mencionado (cierre 2010 a junio 2016), hay una caída del 29.0 por ciento en el estado, solo superado en el ámbito nacional por Tamaulipas (menos 30.2 por ciento), Tabasco (menos 35.7 por ciento) y Campeche (menos 50.5 por ciento). Son entidades federativas petroleras abandonadas a su suerte por la Federación. Luego le sigue las manufacturas, que comprende la elaboración, transformación, ensamble y maquila de productos alimenticios, bebidas, tabaco, madera, papel, substancias químicas derivadas del petróleo, caucho, metálicos y demás, ubicando a Veracruz en el último lugar nacional, con una caída de 15.1 por ciento. En cambio los estados ganadores son los siguientes, con sus respectivos incrementos: Querétaro (52.2 por ciento), Guanajuato (55.9 por ciento) y Aguascalientes (74.3 por ciento).
Conclusión y repito, la locomotora del crecimiento y desarrollo económico de Veracruz va en reversa y en bajada, y con ello los empleos con salarios raquíticos, la pobreza generalizada, la informalidad, delincuencia y violencia son las únicas actividades que progresan. El gabinete del Gobierno del Estado de Veracruz nunca se dio por enterado del daño que ocasionaban con sus prácticas ilícitas de la administración de los recursos públicos, estaban más concentrados en la compra de bienes inmobiliarios y lujos, convencidos que los ciudadanos veracruzanos somos unos borregos. Salto la liebre y salió el tiro por la culata, por fin despertó Veracruz. Ahora es una exigencia el puntual seguimiento de los logros y retrocesos del próximo Gobierno Estatal, los que se van, nunca hicieron caso de los avisos oportunos que se hacían, lo tomaban como ofensas personales, tal cual pobres de intelecto, faltos de luces. |